Sabemos que vivimos en un país en donde tristemente y en varias oportunidades hemos sido azotados por importantes catástrofes naturales. Si ya es complejo para los adultos comprender por qué la naturaleza nos azota cada cierto tiempo con tanta fuerza, más aun para los niños. La Psicopedagoga en Red de Salud UC Christus y Directora de Mi Casa Club Ñuñoa, After School, Montserrat Sepúlveda, nos entrega algunas claves para ayudar a nuestros niños a comprender mejor estas situaciones.

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Hoy estamos siendo afectados por grandes incendios que afectan parte importante de nuestro territorio, todos los medios de comunicación están informando acerca de lo que ocurre, muchos canales de televisión transmiten de manera continua y casi sin interrupción sobre lo sucedido, dando a conocer una realidad fuerte y descarnada, muchas historias de centenares de familias damnificadas, que lo han perdido todo.

Como adultos esta situación nos deja sin palabras, pero ¿Qué ocurre con los más pequeños de la casa?

La experta explica que los niños son verdaderas esponjitas que absorben mucha información, atentos a todas las conversaciones adultas, muchos observan con espanto y miedo las imágenes de la catástrofe, esas cabecitas se llenan de preguntas que muchas veces no saben verbalizar y es justo en ese momento cuando debemos estar atentos a conductas como miedo a dormir solos, irritabilidad, en algunos casos pérdida de control de esfínter, retraimientos e inseguridad.

Sepúlveda agrega que como adultos nuestro deber es ser comprensivos, entregarles cariño y seguridad a nuestros niños, cuidar y proteger su integridad física y mental. Cabe destacar que es fundamental que como adultos también se comprenda que los niños observan nuestro comportamiento de manera constante y que aprenden a reaccionar mediante como ellos ven que nosotros lo hacemos, es por esto necesario recalcar que “La reacción de los niños siempre está determinada por la actitud y conducta de sus padres o cuidadores”.

Es importante como adultos contarles a los niños que ocurre en su país y el mundo, pero también debemos evitar exponerlos a imágenes o excesiva información no adecuada para su edad.