Amanda Francis (26) de Connecticut, Estados Unidos, se enteró que estaba embarazada un día antes de dar a luz: los seis test que se hizo antes le arrojaron resultados negativos.

Y es que a pesar de su sorpresiva subida de peso y la ausencia de su periodo cada mes, la joven jamás se imaginó que se encontraba esperando un hijo, pues confiaba ciegamente en las pruebas de embarazo.

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“Cuando descubrí que estaba embarazada, quedé literalmente en shock. En un principio me asustó dar a luz, pero al mismo tiempo estaba muy feliz, ya que siempre quise ser mamá, aunque nunca de esta forma”, comentó a The Sun.

Tal como explica Amanda, ella casi no mostró los síntomas típicos de una embarazada, solamente la falta de su periodo, pero lo descartaba gracias a los test que compraba casi mensualmente en las farmacias.

No fue hasta que accedió a realizarse unos exámenes de rutina con su doctora, cuando ella le dijo que tenía dos meses de gestación.

Sin embargo, su médico tampoco estuvo en lo cierto porque esa misma noche sintió un grave malestar en su estómago. “Esa noche me sentí muy mal, pero a la mañana siguiente igual fui al trabajo, pero los dolores eran tan fuertes que casi no podía mantenerme de pie, por lo que fui a urgencias“, señaló.

A esto agregó: “Estaba preparada para escuchar lo peor, pero cuando supe que en verdad tenía ocho meses e iba a dar a luz, dejé de llorar, estaba aterrorizada, todo pasó tan rápido para mí, sin embargo, estaba agradecida por la sorpresa”, finalizó.

Cabe señalar, que nueve horas después, su pequeño Kellin, nació sano pesando unos dos kilos.