Hace algunos días se vivió una nueva versión del “CyberMonday”, fecha que se convierte en todo un panorama para aquellos que disfrutan de comprar vía Internet aprovechando los grandes descuentos que prometen las diversas tiendas asociadas.

Claramente esto puede representar una tentación para muchos, y hay quienes sucumben completamente y otros que miran con mayor resquemor este ‘boom’ de ofertas. Y es que aunque pueda ser difícil de creer, existen personas que simplemente no pueden resistir no comprar, poniendo en serio riesgo su estabilidad financiera.

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¿Eres una de esas personas que no pueden parar de comprar? ¿Las ofertas y los lanzamientos de último momento son tu debilidad? Si la respuesta es sí, probablemente eres un comprador compulsivo, y debes estar al tanto de los riesgos de este trastorno.

Muchas de aquellas personas, sienten la necesidad de comprar un objeto tras otro para así obtener una sensación placentera tan solo por el acto de comprar, y no porque realmente necesites esa prenda o ese objeto.

En esto coincide Carmen Gutiérrez, psicóloga y directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.

Un comprador compulsivo es una persona que es incapaz de decir que no ante una posibilidad de compra, independiente de si la oferta o el producto en sí mismo sea necesario o valioso. Se caracteriza por el placer de la compra por la acción misma. El acto de comprar le produce tal placer, que al tratar de ponerse límites fracasa”, explica.

En esta línea, la experta advierte que si una persona va de compras después de un mal día y le hace feliz comprarse algo de ropa, no significa necesariamente que padezca este trastorno, pues es una realidad que “comprar tiene una parte gratificante y es normal sentirse bien después de hacerlo”. Es patológico cuando la persona se siente impulsada, como arrastrada con fuerza a comprar, tanto que no puede evitarlo, no puede negarse a seguir ese gran impulso”, detalla.

El perfil típico de un comprador compulsivo es de una persona de al menos treinta años, que compra continuamente cosas que no necesita, sólo por la felicidad que le produce comprar.

Para identificar si eres o no un comprador compulsivo, un buen ejercicio es “mirar tu clóset o habitación y ver qué tienes, cuántas cosas realmente necesitas y cuántas de las que están ahí no sirven o no utilizas. Qué es lo que estás ocupando y cuántos objetos que compraste no has usado nunca”, recomienda.

emma.kate (cc) | Flickr
emma.kate (cc) | Flickr

Gutiérrez también aclaró que esto es un problema psicológico que si bien podría ser un cuadro en sí mismo, también puede ser síntoma de algo mayor, pues existe un problema en el control de los impulsos y/o en la línea identitaria. “Este trastorno se basa en una carencia. El comprador compulsivo tiene un vacío, una necesidad personal que busca llenar o satisfacer a través de la compra”, agrega.

Lo grave es que los adictos a las compras no se dan cuenta de que tienen un problema hasta que esto afecta gravemente su vida personal, es decir, pierden amistades y/o terminan con serios problemas financieros.

Al comprador compulsivo se le pierden los parámetros, es decir, no puede dimensionar la situación en la que está. Compra sin pensar en las consecuencias, se endeuda sin pensarlo, sin preguntarse si vale o no la pena. Por lo tanto, los amigos y familiares pueden ayudarlo a darse cuenta de que sus acciones no son saludables“, aconseja la experta.

Por último, la académica comenta que en la actualidad es súper fácil caer en este cuadro, puesto que es la misma sociedad la que genera constantemente ‘falsas necesidades’. Existen más ofertas y más publicidad que incita a comprar todo el tiempo. “Hoy se ofrece el placer instantáneo y fugaz de una compra, basado en un acto hedonista”, concluye.