Luego que Lydia Shelly bloqueara a un sujeto en Twitter, este ha insistido en tener la “última palabra”, y le envió una grosera postal a su lugar de trabajo. Sí, se dio el tiempo de buscar su dirección.

Lydia es una abogada y defensora de la comunidad musulmana en Sidney, Australia. Recientemente escribió una columna de opinión en respuesta a las declaraciones de la presentadora australiana Sonia Kruger, quien señaló en un programa de televisión que se debería aplicar un cese a la migración musulmana en ese país.

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Cuando Kruger hizo esas declaraciones en el programa Today show, la semana pasada, un sujeto identificado como Peter Ford, le escribió a Lydia preguntándole cuál creía ella que sería una respuesta adecuada.

Le dije que estaba ocupada pero que le respondería luego, pues yo creo en el diálogo y compromiso“, indicó Lydia a Metro.co.uk.

Mientras tanto, ella escribía su artículo para el medio newmatilda.com, sin embargo, Ford no estaba feliz con que la mujer no le respondiera antes a él.

Cuando el artículo salió un poco más tarde, él estaba enojado por no haberle respondido inmediatamente en vez de escribir el artículo“, indicó Lydia, agregando: “Lo bloqueé ya que no le gustó que le haya dicho en privado que no tenía derecho a hablarme así y menos sobre mi tiempo y cómo debía organizarme“.

En ese momento creyó que el asunto había terminado.

No obstante, la mañana de este jueves, la mujer recibió una postal del tal señor Ford en su lugar del trabajo, y decidió compartirla en Twitter, señalando: “Bloqueé a este hombre en Twitter, por lo que decidió localizarme y me envió una postal a mi casa #límites“.

La postal rezaba:

“Quería decirte cuán triste estuve por haberme bloqueado en Twitter, luego de tener un diálogo tranquilo y respetuoso. Yo no te exigí, como señalaste. No era una persona a la que quiera o ayude a un buen diálogo, Peter Ford”.

Más tarde, Lydia escribió en Twitter: “Aterrador. Legitimado. Raro. No está bien“. Muchas personas se cuadraron con ella y criticaron la desfachatez y violencia de Ford al escribirle algo así y enviárselo a su lugr de trabajo, sin ninguna autorización.

No obstante, también hubo quienes le restaron importancia al asunto, principalmente hombres, y que la tacharon de “exagerada”.

Finalmente lo único que tuvo para decir es que le sorprendía que algunos hombres centraran la discusión en los límites en vez de simplemente condenar el comportamiento de Ford.