Lo que se suponía sería un entretenido paseo al parque temático de Harry Potter en Orlando, Florida, terminó siendo un horror para la madre y fanática de la serie de libros de JK Rowling, Stephanie Chavez, que en ese entonces pesaba más de 140 kilos; razón por la que le prohibieron subir a los juegos junto a sus hijos.

Luego del llanto vino la redención: tras la pena y la vergüenza vivida en el parque, sumada a las complicaciones que tuvo posteriormente en su segundo parto, la mujer tomó la decisión de comenzar a bajar de peso.

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Cuando nació en 2013 el niño era incapaz de tragar por sí mismo y tuvo que ser provisto de un tubo para la alimentación. Después superar el temor de ver a su bebé en la cirugía, Stephanie tuvo la confianza para cambiar su vida.

“El día en que entró en la cirugía de emergencia con sólo siete semanas de edad, fue el día en que decidí que iba a empujar a través de mis propios miedos y cambiar mi vida para estar saludable. Fue el día más espantoso de mi vida, hasta ahora, pero al mismo tiempo tiene fue un apertura de ojos monumental”, recuerda Steph, que llegó a pesar 140 kilos producto de una dieta que comenzó a apoderarse de ella y su voluntad cuando apenas tenía 12 años.

Comida chatarra, atracones y dietas tras dietas, que sólo provocaban efecto rebote eran lo usual para esta mujer de Indiana, Estados Unidos, y las consecuencias fueron desastrosas.

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“Pasé tantos años inactiva que casi todos los músculos de mi cuerpo estaban completamente atrofiados. Caminar era complicado y doloroso y levantarme de donde estaba sentada era casi imposible”, cuenta la mujer que sin cirugías y nada más que alimentación sana y ejercicios diarios ha logrado reducir la mitad de su peso corporal.

Su extremo cambio la llevó no sólo a participar de un concurso de bikinis en la categoría “transformación”, sino que además se quedó con la corona.

“Por fin soy capaz de vivir y disfrutar de la vida de la manera que siempre debí, pero nunca pudo ser antes. Cuando llegué a inscribirme al concurso, estaba tan nerviosa que lloré en secreto en el pasillo. Finalmente me calmé, sostuve mi cabeza y entré en la habitación para registrarme. Cuando entré en el escenario me sentía muy nerviosa, pero al mismo tiempo estaba en un profundo estado de calma, muy orgullosa por lo que había logrado con tanto trabajo y esfuerzo y por eso estaba lista para competir”, asegura Stephanie a The Sun.

Ahora la bella morena no sólo se prepara para enfrentar la categoría “competidores” en el Miss Bikini World, sino que además para llevar a su hijo nuevamente a Harry Potter World, y así por fin disfrutar de la magia que hace años se perdió por sus adicciones.

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