Nicola Bowmer llegó a pesar 191 kilos cuando no podía dejar de comer. Su matrimonio quebró y ella se quedó a cargo de sus dos hijos, y sin darse cuenta, su peso se disparó a un nivel extremo.

Producto de su obesidad, Nicola sufría de apnea del sueño y regularmente dejaba de respirar cuando dormía. Además, necesitó de tratamiento médico para ayudarla con su presión sanguínea y la diabetes, y aún así era capaz de comerse una caja de chocolates o una cena completa de comida china más un pastel de chocolate tamaño familiar.

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Bowmer, que trabaja como cocinera en una escuela, señaló al medio inglés The Mirror que a medida que iba subiendo de peso, entró en la “negación”, por lo que dejó de pesarse cuando llegó a los 140 kilos, no obstante, el uniforme de trabajo se encargaba de recordarle constantemente que iba subiendo.

Nicola Bowmer | Mirror.co.uk
Nicola Bowmer | Mirror.co.uk

Recuerdo que mi jefe me dio un par de pantalones de talla muy grande y me dijo ‘no hacen pantalones más grandes’. Estaba mortificada, pero no podía parar de comer“, comentó. De hecho, cuando comenzó a quedarle estrecho, comenzó a utilizar calzas.

Finalmente, su doctor le sugirió una cirugía gástrica y con ella perdió 64 kilos en los meses siguientes. Además, comenzó a ir al gimnasio. Fue allí donde recibió un “bono extra” a su pérdida de peso: encontró el amor.

El primer año fue increíble. Me motivé con mi banda gástrica y los 64 kilos que perdí. Comencé a ir al gimnasio y allí conocí a Hayley“, confesó. “‘Necesito amigos y un hobby que me mantenga alejada del placer que me produce la comida’, le dije mientras entrenábamos. Desde entonces todo fue muy bien y ella insistió en que fuéramos por un trago para mi cumpleaños, y aunque en un comienzo me negué, ella no aceptó un ‘no’ por respuesta“, agregó.

Nicola junto a Hayley | Mirror.co.uk
Nicola junto a Hayley | Mirror.co.uk

Desde entonces comenzaron a ser amigas y fue una salida al cine que cambió radicalmente las cosas, luego que Hayley tocara la pierna de Nicola con la suya. “Fue como una corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo“, confesó.

Pese a que le costó aceptarlo, debido a su historial heterosexual, Nicola señaló que cuando Hayley se fue de viaje por una semana, la extrañó muchísimo, por lo que se armó de valor, junto a unas copas de vodka, para confesarle su amor, dichos a los que Hayley respondió con un “Nic, yo también te amo”.

Fue así como comenzaron una relación amorosa, ambas se apoyaron mutuamente e incluso las hijas de Nicola, Georgina de 24 y Demi de 22, quienes reaccionaron impactadas en un principio, pronto se alegraron de que su madre encontrara el amor nuevamente.

Por otro lado, la inglesa señaló que pese a haber encontrado el amor y que Hayley la ama tal cual es, aún lucha contra su peso y el hecho de haber necesitado una cirugía gástrica. De hecho recuerda que nadie de su familia quería que se operara, y simplemente le gritaba: “¿Por qué no paras de comer por ti misma?”.

Nicola junto a Hayley | Mirror.co.uk
Nicola junto a Hayley | Mirror.co.uk

Fue allí cuando tuvo que explicarles que había perdido el control sobre la comida y simplemente no podía hacerlo sola. Sabía que si no paraba iba a terminar “tan grande” que moriría. Afortunadamente la banda gástrica fue un éxito y a pesar de que mi adicción a la comida sigue ahí, los efectos secundarios hacen que sea imposible comer más por una cuestión física“.

En total, Nicola ha perdido 101 kilos, y en ese proceso Hayley ha sido un apoyo constante. “Hemos estado juntas por cuatro años ya y ella sigue muy orgullosa de mí. Es es lo que me hace más feliz“,remató.

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