Una madre comenzó una batalla legal en contra de un centro de entretenimiento luego de acusar al personal de prohibirle amamantar a uno de sus hijos en la piscina del recinto.

Los salvavidas del lugar vieron a Abbie Stocker, de 27 años y oriunda de Lancashire, Reino Unido, amamantando a su hijo de ocho meses Eric, en la piscina, y se le sugirió que saliera del agua y se sentara junto a la piscina, sin embargo, ella se negó y acusó discriminación.

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Testigos de la situación aseguraron que la mujer le gritó al administrador antes de irrumpir en los vestuarios. Semanas más tarde, miembros del recinto fueron demandados por Abbie.

Esto porque las leyes referentes a la igualdad de ese país, prohíben que se le solicite a una mujer que esté amamantando, que abandone un espacio público.

Abbie junto a sus dos hijos | The Sun
Abbie junto a sus dos hijos | The Sun

De acuerdo al medio inglés The Sun, Abbie decidió demandar a la empresa debido a la forma en que manejaron el asunto, no obstante, un testigo del hecho señaló al medio que los salvavidas fueron bastante respetuosos.

Un salvavidas vio a una madre alimentando a su bebé en la piscina y pensó que estaría más cómoda en una silla. La máquina de oleaje estaba encendida y podía ser muy ruidosa para el niño. Miembros del personal pensaron que el bebé podía molestarse. Solo estaban tratando de ayudar“, indicó el testigo.

La misma fuente agregó que Abby comenzó a decir que la solicitud estaba en contra de la ley de amamantamiento en espacios públicos, pero el testigo cree que no es el caso, pues a su juicio el centro de recreación apoya totalmente la lactancia materna. “Hay signos de apoyo a la lactancia en todo el recinto“, comentó.

Otro testigo señaló: “Es ridículo pensar que amamantar a un niño en una piscina es una idea sensata. Si el bebé hubiese estado enfermo, la piscina se habría tenido que cerrar, drenar y eso habría sido así durante días. Los jefes del centro también deben considerar la salud y seguridad de los otros usuarios“.

Cabe señalar que esta no es la primera vez que la madre se enfrenta a una acción así, pues hace do años, mientras alimentaba a su hija Millie, actualmente de tres, fue obligada a dejar una sala de espera y le pidieron que fuera a otra habitación. En ese entonces, Abbie recibió una disculpa por parte del hospital.

Me sentí humillada, como una colegiala que hizo algo malo y que la tuvieron que enviar a la oficina del director“, comentó aquella vez la mujer.

Por último, la ofuscada madre afirmó: “Las mujeres que amamantan no son diferentes a una persona discapacitada o a una persona de otra nacionalidad, de manera que no puedes discriminarlas“.