Una madre perdió la increíble suma de 63 kilos luego que fuera humillada por su entrenadora personal, al ser atrapada con una bolsa de papas fritas.
Alex Hook era una fanática de las papas fritas de bolsa, podía fácilmente comerse ocho bolsas al día sin culpa, lo que claramente la dejó con un sobrepeso evidente.
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La madre de dos niños, también era adicta a los snacks calóricos, tanto que podría calcular haber consumido cerca de 30 mil paquetes de diversas frituras en los últimos 13 años.
Desde pequeña tuvo que luchar contra el peso, pues a la edad de 11 años ya debía usar ropa de talla equivalente a una adolescente de 16 años.
Tras años de alimentarse mal, Alex llegó a pesar cerca de 146 kilos, sin embargo, luego de un humillante encuentro en el supermercado, que la mujer de 36 años decidió abandonar de una vez por todas las papas fritas.
Tres años más tarde, su vida cambió drásticamente, pues actualmente pesa cerca de 80 kilos y está “en la luna” con su nueva figura.
Alex, de Yorkshire del Este, Inglaterra, indicó al medio inglés The Mirror: “Ahora soy más pequeña que antes cuando abandoné la primaria. Siempre tuve problemas con mi peso, mi madre siempre me alimentaba con comida saludable pero yo amaba las grandes porciones y comencé a acumular kilos“.
Hook también relata que cuando era una niña, en cada cumpleaños cuando debía soplar las velas, pedía como deseo ser “más delgada”, pero nunca ocurrió. “Las papas fritas eran mi perdición. Las amaba en cada sabor, podía comprar 8 bolsas diarias y fácilmente comérmelas en un día. Una vez fui a dejar a los niños al colegio y me fui al supermercado, directo al pasillo de los snacks. Estaba llenando mi canasto con bolsas de papas fritas y galletas, cuando entonces divisé a mi antigua entrenadora, Jo.“, agregó.
“Ella no me había visto desde la última vez que perdí 22 kilos, pero eso había sido hace bastante tiempo. Me sentí tan avergonzada, no quería que me viera así y con una canasta llena de comida chatarra, fue muy humillante“, confiesa la madre. “Tiré mi canasta al suelo y la deslicé suavemente cuidando que no me viera. Cuando pensé que lo había logrado, ella me acorraló en el estacionamiento. Cuando la vi, simplemente me quebré, estaba tan avergonzada que me salí de control“, indicó.
Pero pese a lo incómodo del encuentro, Alex solo sacó cosas buenas, pues Jo la apoyó para que volviera a entrenar y la invitó al grupo donde pertenecía antes, y desde entonces no ha recaído.
Su determinación ha conseguido que nunca más coma papas fritas u otros snacks poco saludables, y se enfocó de lleno en un régimen de alimentación saludable.
Además, asiste cerca de cinco veces por semana al gimnasio, junto a su marido e hijos, y se ha convertido en una entrenadora personal para quienes desean aventurarse en la difícil tarea de perder peso.
Alex reflexionó que si bien nunca sufrió de bullying, ella era muy tímida y callada. Tenía una amiga muy popular en el colegio y se le hacía muy duro ver cómo salía con chicos y la invitaban a fiestas, mientras ella permanecía “en las sombras”.
“Cuando me casé me sentía tan cómoda y nunca noté cómo subía de peso, luego tuve hijos y eso hace más difícil el perderlo. Probé varias dietas pero nunca hice algo tan radical como esto, y definitivamente cambió mi vida“, comentó.
2Ahora siento mucha más confianza, me encanta ir de compras y poder usar de todo. Salgo con mis amigos, me río y disfruto la vida, algo que había perdido durante años“, remató.
