Justo cuando Amber Ertley y Levi Nelson pensaron que ya no tendrían más hijos, la vida los sorprendió con un embarazo inesperado, y la pareja no podía estar más feliz.
Oriundos de Oneonta, Alabama, Estados Unidos, el matrimonio pensaba que a sus dos hijas se sumaría un o una tercera integrante, sin embargo, cuando fueron al médico para realizarse una ecografía, el profesional les indicó que escuchaba tres latidos.
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En ese momento, Amber replicó: “¿Qué significa eso? ¿Qué pasa con esos tres latidos?“, a lo que el especialista respondió: “Vas a tener trillizas“.
Pero eso no fue todo, pues para su sorpresa, las trillizas que esperaban Amber y Levi, compartían el mismo saco amniótico y placenta, lo que quiere decir que son idénticas. Este fenómeno ocurre cuando un óvulo fertilizado se divide dos veces, y las posibilidades de que eso ocurra son muy pocas, casi de una en 200 millones de nacimientos, según señaló el medio local Al.com.
Ni siquiera la genética o los tratamientos de fertilización pueden aumentar las probabilidades de tener trillizos o gemelos idénticos. En definitiva, es pura suerte.
Ertley, de 24 años, tuvo un embarazo totalmente saludable hasta que en las últimas semanas comenzó a mostrar signos de preeclampsia, estado que se caracteriza por el desarrollo de hipertensión arterial, edemas, aumento excesivo de peso, entre otros.
El pasado 15 de febrero, la joven fue hospitalizada y cinco días después entró en trabajo de parto, y los doctores la prepararon para una cesárea. Los primeros dos bebés salieron bien, pero el tercero salió llorando.
Nelson observaba a su mujer y veía cómo luchaba, y señaló que parecía que estaba teniendo una convulsión. Inmediatamente, el sujeto escuchó la frase “código azul” y vio cómo entraban varias personas a la sala, en ese momento imaginó lo peor. “Fue el momento más aterrador de mi vida. Tenía miedo de tener que volver a casa con tres bebés y sin su madre“, relató.
Ertley perdió muchísima sangre y seis horas después de que su corazón se detuviera, Nelson pudo visitar a su esposa, quien estaba sedada y conectada a un tubo de respiración. La joven peleó por sobrevivir, mientras que los bebés, Norah, Rylan y Remi, llegaron en óptimas condiciones, pesando cerca de 2 kilos cada uno. Tampoco necesitaron oxígeno ni terapia intravenosa.
Afortunadamente, desde el 7 de marzo Ertley descansa en casa, y tiene que visitar entre tres a cuatro médicos por semana, en la ciudad de Birmingham.
La familia señala que están felices con la bendición que recibieron. “Estaremos por siempre agradecidos de poder ser una familia feliz. Todas las noches decimos ‘No tenemos muchos, pero hemos sido bendecidos con niños y todo su amor, además del apoyo de amigos e incluso extraños“, confesó.
Por último, la pareja abrió una iniciativa en la página de recolección de fondos GoFundMe, para reunir dinero para los gastos médicos y otros artículos que necesitan sus bebés.
