Padre bajó más de 130 kilos por el bien de su hijo y su cambio es sorprendente

Un padre que llegó a pesar 209 kilos, luce totalmente diferente luego de perder cerca de 133 kilos, tanto que la gente lo ha acusado de “fotoshopear” sus nuevas fotos.

Zach Moore, de 35 años, era un obeso mórbido quien perdió más de 70 kilos en apenas un año y medio, por el bien de su hijo Zach de 8 años, y su esposa Amber.

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En 2013, Zach tuvo que se hospitalizado por intoxicación alimentaria, y luego de su paso por ese lugar, dejó de fumar, de beber gaseosas y cortó de raíz el azúcar. Lo que le ayudó a perder cerca de 50 kilos en un poco más de tres meses.

Con estos nuevos hábitos saludables, el treinteañero se motivó para seguir bajando aún más, por lo que abandonó sus comidas rápidas favoritas, y en mayo de 2014 se sometió a un bypass gástrico que le permitió seguir bajando. Alrededor de 76 kilos más.

Tan grande ha sido el cambio que muchos de sus amigos y seguidores de Instagram, lo han acusado de “fotoshopear” sus fotos.

Zach, de Florida, Estados Unidos, asegura: “La pérdida de peso fue mucho más allá de lo que yo, mi esposa, mi familia y los doctores esperaban. He sido cuestionado sobre si mi historia es cierta o no, pero quiero decir que antes de decidir operarme, comí todo lo que quise“, según consignó el medio inglés The Mirror.

“Tenía problemas para caminar, respirar, y moverme. No tenía apetito sexual y sentía que mi vida era miserable. También tenía problemas para dormir y tomaba un montón de pastillas por problemas médicos y tenía que visitar constantemente el hospital“, recuerda Zach.

Antes de su cirugía, el padre fumaba tres paquetes de cigarrillos por día y bebía al menos dos litros diarios de Coca-Cola.

Pero fue esa misma realidad y el miedo a enfrentar una muerte temprana, lo que hizo que Moore cambiara su vida. Dejó de consumir comida chatarra y de fumar, pues no quería convertirse en una lápida a la que su familia le llevara flores.

“Quería vivir, quería disfrutar mi vida y hacer las mismas cosas que todos hacen con sus familias, y por eso decidí cambiar“.

Junto con la operación, Zach comenzó a caminar diariamente, renunció al azúcar y evitó los carbohidratos pesados. Así, con el paso de los meses, su vida cambió drásticamente, pues podía hacer todo lo que alguna vez soñó.

Tras su transformación, el hombre aún tiene cerca de 12 kilos de piel sobrante, por lo que pretende someterse pronto a una cirugía para remover todo ese exceso de piel.

“Honestamente la piel no es tan mal, yo lo veo desde el lado en que ahora puedo hacer de todo. Mejoró mi respiración, puedo caminar sin agotarme, correr, nadar, y andar en bicicleta. Tengo mi vida de regreso, la que se fue cuando estaba obeso“, remató.

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