Hace cuatro años atrás, Mauricio Alarcón llegó hasta la casa de una amiga en San Antonio, donde rápidamente se prendó de una mujer. Se trataba de Jackeline Maluenda, quien terminaría convirtiéndose en su pareja y posteriormente, su esposa, en una historia de amor que no ha estado exenta de adversidades.
“Ese día quedó flechado y me pidió el Facebook. Empezamos a conversar y a los días salimos. A los meses me propuso que viviéramos juntos y así lo hicimos. Hasta que pasó lo que pasó… y nos tuvimos que separar”, relató Jackeline (36) a Las Últimas Noticias.
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¿Qué ocurrió? Que el 3 de marzo del 2013, Mauricio fue detenido por robo con intimidación en una caja de compensación y tras ser formalizado, recibió una condena de 10 años en la Cárcel de Valparaíso. Aún así, ella continuó viéndolo gracias a las visitas conyugales. Además, se enviaban apasionadas cartas, con frases como “espérame, porque yo te buscaré hasta la muerte”.
Hasta que en una visita conyugal “me dijo que quería que nuestra relación fuera más concreta. Y que para eso se quería casar conmigo antes de salir en libertad. No lo dudé: me estaba diciendo con su voz y sus ojos que me amaba” declaró la flamante novia.
La boda fue llevada a cabo en una sala especial de este recinto penal, con 18 invitados, entre los que se contaban 3 compañeros de módulo del novio. “Mauricio, quiero decir que te amo y que sigamos para adelante”, dijo ella ante el juez civil.

“Jackeline, te amo hasta la muerte”, declaró Mauricio, para luego intercambiar argollas entre abrazos y llantos. Después de una bella jornada, el recién casado debió regresar al módulo 102 de “mediana complejidad”, esperando a cumplir pronto los 8 años de condena, para volver a dormir entre los brazos de su amadas.
Mientras que Jackeline se retira hacia San Antonio sin noche de bodas ni Luna de Miel, esperando a que pronto sea jueves para volver a visitarlo, como lo ha estado haciendo por dos años.



