Alejandro es un padre que sufría un grave caso de obesidad mórbida, hasta que un día su hija de 7 años le dijo unas palabras que marcarían un antes y un después en su vida: “Papi, espero que no te enojes, pero estás muy gordo”.

Con 32 años, Alejandro Serra llevaba una vida relativamente normal, excepto por los 169 kilos que pesaba. Valeria, su hija, un día se le acercó preocupada por su salud. Su mensaje le llegó tan hondo que lo motivó a realizar un radical cambio.

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“Fue como un click para mí, me hizo dar cuenta de lo que verdaderamente me estaba pasando y le prometí que iba a cambiar”, reveló el orgulloso padre al portal de noticias argentino Minuto Uno.

Han pasado 9 meses de aquella promesa y la vida de Alejandro ha cambiado rotundamente. Ahora pesando 98 kilos el hombre se siente orgulloso de haber bajado 71 kilos sin dietas milagrosas, sólo con compromiso y amor por su hija Valeria. 

Claro, es imposible que haya bajado tanto sin realizar algún sacrificio. Para conseguir su objetivo Alejandro redujo la cantidad de comida en sus porciones, evitó las grasas y harinas, además de sumar a su rutina actividad física.

Todo está en la voluntad de uno. Yo no fui a médicos ni centros especializados. Sólo me hice estudios para ver cómo estaba antes de empezar y me hice otros análisis hace unos meses para ver cómo venía. Los cambios fueron verdaderamente asombrosos, todo me dio dentro de los parámetros normales, cosa a la que me había desacostumbrado antes”, comentó Serra.

Hoy Alejandro está feliz, luce  y se siente distinto. Todo por un compromiso que adquirió gracias a la preocupación de su pequeña de 7 años. “Ella dice que ya estoy bien, que me nota mucho mejor. Me transmite alegría. Y mi mujer también. Ella vio muchos intentos que había hecho antes y ahora con estos resultados, estamos muy felices”, finalizó.

Foto | Minuto Uno
Foto | Minuto Uno
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Posted by Página 7 on miércoles, 4 de noviembre de 2015