El día de su boda, los paramédicos Sarah y Paul Ray se prepararon con sus mejores galas, como lo suelen hacer la mayoría de los novios. Pero jamás imaginaron que terminarían el día en la carretera y salvando vidas, como recoge el portal viral Buzzfeed.
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Una hora después de dar el sí en la iglesia de la ciudad de Clarksville (Tennessee, Estados Unidos), la recién casada recibió una llamada de su padre diciéndole que habían chocado. Éste conducía junto a sus dos abuelos, cuando fueron alcanzados por otro auto que se pasó una luz roja. Rápidamente, ambos paramédicos salieron disparados a prestarles ayuda.
Por suerte, al llegar allá se encontraron con varios colegas atendiendo a su familia, por lo que no debieron prestar ayuda médica, aunque iban preparados para eso. “Yo jamás pasaría conduciendo un accidente. Nos detendríamos e intentaríamos ayudar, estemos o no vestidos para una boda”, explicó Sarah ante su reacción.
Por suerte, su padre y su abuelo estaban bien, pero su abuela sí necesitaba de ambulancia. Al acercarse a ella para verla “la primera cosa que me dijo fue que lo sentía por arruinar mi día. Y yo sólo estaba feliz de que estuviera bien”, detalló la novia. Su abuela fue atendida debido a los golpes y moretones, pero ahora descansa en su hogar.
Da la casualidad de que la madre de Sarah, Marcy Martin, es fotógrafa y logró capturarla en su cámara mientras caminaba en vestido de novia atendiendo a todos. “Me sorprendió verla estacionarse, porque estaba lloviendo y llevaba la ropa de su boda. Pensé que no bajarían, pero lo hicieron”, explicó.
Sarah inmediatamente pensó “de verdad, mamá, ¿estás tomando una foto ahora?”, pero la mujer explicó que lo hizo porque para ella, su hija era toda una heroína. La imagen se convirtió en todo un acierto y ha sido compartida más de 5 mil veces en Facebook.
“No creo que nada de lo que haga es heroico. Paramédicos de todo el mundo hacen este tipo de cosas diariamente, sean o no su familia. Sólo dio la casualidad de que ocurrió el día de mi vida y que existe una foto de eso”, concluyó Sarah.
