El bruxismo es una enfermedad que se caracteriza por apretar los dientes excesivamente y tiene múltiples causas, que van desde la ansiedad como a un mal funcionamiento en la articulación de la mandíbula.

En un día, lo normal es contactar los dientes entre 4 a 10 minutos, sin embargo, hay personas que pueden hacerlo hasta por 4 horas, de preferencia en la noche, lo que puede repercutir irreversiblemente en las articulaciones y en dientes y molares.

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Además del tiempo de contacto, la fuerza de oclusión que hace una persona con bruxismo puede ser hasta 100 veces más a la realizada por una persona en condiciones normales. Por ejemplo, la fuerza puntal en promedio es de 10 a 35 kg por cada diente, mientras que un paciente con bruxismo puede llegar a cargar un diente con una fuerza puntal que va desde los 150 hasta los 300 kg.

En estos casos es irremediable el desgaste de los dientes y molares, causando varios problemas:

1.- Hipersensibilidad al frío o al calor.
2.- Mayor probabilidad de fracturas dentarias.
3.- Posibles enfermedades a las encías.
4.- Dolores intensos en las articulaciones y zona cercana al oído.
5.- Ruidos al cerrar o abrir la boca.

En tanto, Pablo Llorens, odontólogo de Clinica Turó explica que “La consecuencia más inmediata de todo ello es el cansancio matinal, la ansiedad, el dolor facial e incluso problemas en las cervicales y en la espalda, insomnio, dolores agudos, vértigos, mareos y alucinaciones acústicas, entre otras cosas” e insiste en que “todo esto, convierte al bruxismo en un enemigo paradójicamente silencioso, causante de diversas dolencias que comúnmente se asocian a factores psicológicos o físicos”.

De acuerdo al área encargada de oclusión de OPH Dental, las causas son variadas, aunque las más comunes están relacionadas al estrés y a la ansiedad laboral. Aunque también puede estar vinculadas a una disfunción o mal funcionamiento de las articulaciones de la mandíbula y malos hábitos como masticar chicle, masticar por un solo lado, masticar lápices, entre otros.

Para el tratamiento hay distintos procedimientos que van desde el uso de frenillos temporales o planos de relajación para dormir, desgastes selectivos de algunas piezas dentales, eliminación de malos hábitos y terapias anexas para moderar el estrés o la ansiedad. En estos casos, los odontólogos especializados en oclusiones son los encargados de ocuparse del correcto funcionamiento de las articulaciones y músculos faciales que están ligados al bruxismo.

Cuando el daño provocado por el bruxismo es mayor, los pacientes deben someterse a un escáner para el análisis de la articulación temporomandibular. En aquellos casos más graves donde es necesario incluir coronas, carillas o incrustaciones de cerámica.

Llorens agrega que el punto más importante en el tratamiento es el psicológico, enfocado en la eliminación de hábitos, tales como: dejar de beber café, té o bebidas con cafeína, no hacer actividad física al menos 2 horas antes de dormir, no ver televisión en las noches, no irnos a dormir pendientes del celular”.