Tenía largas uñas y una barba que le llegaba más abajo de las rodillas. Habría permanecido atado a una cama por años en una habitación diminuta y sin ventanas donde la policía finalmente lo encontró tras dos décadas de ‘búsqueda’.

Armando Barrazas de Andrade, desapareció cuando tenía entre 16 y 18 años y fue descubierto hace algunas semanas mientras los equipos policiales hacían redadas para encontrar a bandas de narcotraficantes e investigaban delitos de robo en el barrio de Pimentos, en el sector periférico de Guarulhos, en San Pablo; Brasil.

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Al entrar en la casa número 112, la policía se dio cuenta de que tenían la dirección equivocada. En el lugar, no había evidencia de robo ni tráfico, sino que de un delito incluso más horroroso.

Armando habría sido tratado como prisionero por su propia familia en esta pieza ubicada en la parte de atrás de la propiedad. Encerrado, sin luz, ni ventanas y rodeado de sus propias deposiciones.

Según relatan vecinos, fueron su propio padre y su cruel madrastra quienes lo habrían encerrado hace alrededor de 20 años.

Según consignó Estadao, las autoridades encontraron a Armando desnutrido y con una enorme barba en la habitación de 16 metros cuadrados. La pieza sólo tenía una cama y un balde, y siempre estaba con puerta cerrada y las ventanas estaban bloqueadas. Aunque tenía un baño con ducha e inodoro, todo en pésimo estado, desde afuera todo olía a heces y orina.

Aunque no hay claridad aún sobre cuánto tiempo pasó encerrado, los vecinos indican que dejaron de ver a Armando hace al menos 18 años. El padre lo niega y dice que fueron sólo algunos días que estuvo en la pieza, mientras que la policía apoya esto último, pues afirman que en las condiciones en que estaba el muchacho, hubiese muerto en apenas unos meses.

“Es un hombre adulto. Se fue cuando tenía 18 años y nunca se puso en contacto. La semana pasada abrí la puerta y él estaba ahí. Le dimos comida y él me pidió quedarse en la pieza de atrás. Me pidió que lo encerrara para que no pudiera salir. Dijo que era una especie de terapia contra la adicción a las drogas”, confesó el conserje Amancio Bezerra de Andrade, padre de la víctima, que niega las acusaciones y prestó declaración voluntaria, por lo que no fue detenido por las autoridades.

Según amigos y vecinos el padre siempre dijo que Armando se había ido a armar familia a otra parte del país, aunque pocos le creían, pues el joven nunca se puso en contacto con sus amigos.

Sin embargo, la extrema reacción de Armando tras su ‘liberación’, que fue captada en video por algunos viejos amigos, hace aún más plausible la teoría de los testigos.

El muchacho con suerte es capaz de contestar a las preguntas moviendo la cabeza y jamás dice una palabra. Algo que al parecer persiste hasta hoy en el hospital psiquiátrico en el que fue internado.

“Lo sacamos del lugar y no dijo ni una palabra. No sabemos si estaba asustado o drogado. Ni siquiera fue capaz de identificarnos como oficiales de policía. Pedimos ayuda y lo llevaron directamente al hospital. Cuesta creer que estuvo en ese lugar por 20 años. Es muy insalubre, no habría sobrevivido. No hay luz en lo absoluto”, contó el jefe de la policía Paulista Celso Marchiori, según consignó Mirror.

La investigación ya está en curso y se espera que pronto se sepa la verdad, mientras los vecinos ya han rayado la casa y hecho diversos daños en busca de justicia. Los padres de Armando y su hermanastro, ya dejaron la casa por temor a represalias mayores.