El pequeño Isaiah Weitzel, de apenas dos años, permanece internado en un hospital con la mitad de su cuerpo inmovilizado luego de sobrevivir a un brutal accidente, que fue provocado de manera intencional por su propio padre.
Nathan Weitzel, de 29 años, confesó a la policía que había chocado a propósito su auto con la intención de matar a su hijo. Admitió además que puso al niño en la silla y no abrochó su cinturón de seguridad para luego conducir a más de 120 kilómetros por hora para chocar contra varios otros vehículos.
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Ahora el niño apenas es capaz de mover la parte inferior del cuerpo, que está fijado por una gran pieza de yeso, mientras que su cabeza se mantiene también apoyada por un aparato ortopédico.
La razón que esgrimió el sujeto es casi igual de aterradora: “Quería matar a Isaiah porque ser padre es una gran responsabilidad y él pensaba que no era lo suficientemente hombre para criar a un niño”, comentó un vocero de la policía del condado de Arapahoe, en Colorado, Estados Unidos.
Fue mientras paseaba en el parque junto a su hijo cuando Nathan ideó el cruento plan.
Mientras estaba ahí y dejaba a Isaiah jugar, se sentó y pensó en una manera de matar a su hijo. Nathan dijo que se fue del parque y manejó alrededor buscando un ‘buen’ lugar para chocar y así matar a su pequeño”, se lee en uno de los informes, según consignó Mirror.
Isaiah estaba bajo el cuidado de su padre aquel fatídico fin de semana pero vive con su madre, Nancy López, que aún está en shock.
“Es un chico muy cariñoso. No entiendo por qué o cómo pudo hacer algo como esto, pero espero que Isaiah se recupere pronto, pido que las personas recen por nosotros y por la salud de mi hijo”, comentó Nancy.
Nathan Weitzel, por otra parte, está en prisión preventiva, acusado de intento de asesinato en primer grado, abuso infantil, asalto, conducta criminal, posesión de sustancia ilegal y asalto vehicular, según informó 9news.
“Está bien que esté encarcelado, es lo que se merece. Debería estar en prisión por un largo tiempo”, agregó Nancy López, que por ahora sólo está pendiente de la recuperación de su pequeño Isaiah, que deberá estar al menos por 2 meses sin caminar, ni hacer las cosas que más le gusta como trepar árboles o simplemente correr por el jardín.
