La policía de Albuquerque en Nuevo México, Estados Unidos, está investigando uno de los más brutales crímenes que hayan observado, al punto de que los expertos lo calificaron como el “acto más horrible del mal”.

Victoria Martens, una pequeña de 10 años, fue inyectada con metanfetamina, abusada sexualmente, estrangulada y apuñalada hasta la muerte, presuntamente por su propia familia.

Según peritajes preliminares de la policía, la menor fue asesinada y luego mutilada. Posteriormente, parte de sus restos fueron ocultados en bolsas, mientras que su cadáver fue puesto en un bañera a la que prendieron fuego, según consignó Mirror.

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Los oficiales se encontraron con la horrible escena dentro de una casa luego de recibir denuncias de vecinos que sintieron ruidos, gritos y humo saliendo por la ventana del baño. Victoria yacía muerta en la bañera y su cadáver ardía en llamas. Otras partes de su cuerpo fueron encontrados en una bolsa de plástico en un cesto de ropa sucia, mientras que el suelo del dormitorio estaba cubierto de sangre.

La madre de la menor de edad, Michelle Martens, de 35 años; su novio Fabián Gonzales, de 31 años; y la prima de este último, Jessica Kelley, también de 31, fueron detenidos tras ser acusados del horroroso homicidio, ocurrido a horas del cumpleaños número 10 de la niña.

De acuerdo a los informes policiales, la madre habría declarado que la pareja de primos drogó a la niña para calmarla y así poder violarla mientras ella miraba. Luego Gonzales estranguló a la pequeña Victoria y Jessica la habría apuñalado sin piedad en numerosas ocasiones, para luego quemarla en la tina, en su intento por deshacerse de las ‘evidencias’. Ella dijo que no había participado del asesinato.

Gonzales y Martens estaban saliendo hace sólo un mes, mientras que Kelley había salido de prisión sólo 4 días antes del horrendo suceso. Tan brutal fue el homicidio que los investigadores aún no pueden determinar la causa exacta de muerte, por lo que la niña pudo haber pasado por un inmenso sufrimiento antes de morir.

“Este homicidio es el acto más horrible del mal que he visto en mi carrera. Una total desprecio hacia la vida humana y la más horrenda traición de una madre. Muchos necesitan del apoyo y las oraciones de nuestra comunidad”, señaló Gordon Eden, Jefe del Departamento de Policía de Albuquerque.

Tanto Gonzales y Kelley, quien permanece en el hospital después haber saltando desde un balcón, tratando de huir de la escena del crimen, tienen antecedentes penales. Por su parte, la madre no tiene condenas anteriores.

Martens y Gonzales fueron procesados y quedaron en prisión preventiva. El juez fijó una fianza de 1 millón de dólares en efectivo para cada uno.