Cuando Leigh-Anne Varley (36) quedó embarazada de su amante, decidió mantener el secreto sin importar lo que tuviera que hacer y eso incluyó abandonar a la criatura en las escaleras de un centro médico a horas de haber nacido.

Durante meses, la mujer le dijo a su esposo Simon (39) y sus dos hijos (16 y 6) que sufría de quistes ováricos y por eso lucía tan “hinchada”. Pero como detalla el medio inglés Mirror, en realidad estaba esperando un varón llamado Jack.

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Cuando llegó el momento de dar a luz, estaba preparada con tijeras, toallas y un plan para abandonar al bebé. En pleno trabajo de parto se dedicó a limpiar la casa y luego puso a dormir a su hijo de seis años. Luego, tuvo al bebé en el baño, mientras su hija adolescente salía con unos amigos y su esposo trabajaba su turno nocturno.

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Con maestría, Varley cortó el cordón umbilical, se deshizo de la placenta y caminó hacia un centro médico cercano, donde dejó al recién nacido con una insólita nota: “Por favor cuiden de mi bebé. No lo hagan público porque mi esposo es violento y me mataría”.

Después de eso, reservó un viaje de ensueño en Disney World con su familia y se fue a trabajar. El niño fue encontrado frío, pero sin lesiones, por un hombre que paseaba su perro. Tiempo después, la mujer admitió haberlo dejado para seguir “siendo parte de la unidad familiar”. Hoy, la mujer enfrenta a la justicia por este abandono y claramente, su idea de seguir siendo una familia feliz no se pudo concretar.

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