El cocinero aficionado de MasterChef sintió su derrota en la final a manos de Daniela Castro, sin embargo, a la inversa de las especulaciones que planteaban la furia del calvo tras perder, él se lo tomó bien, tranquilo y refugiado en la tranquilidad de su hogar.

Para su sorpresa, el recolector de basura se llevó 10 millones de pesos por obtener el segundo lugar de la competencia, claro, una cifra distante de los 25 ‘palos’ que se llevó la ganadora (aparte de la publicación del libro de cocina y el auto cero kilómetro), pero es una suma respetable que será bien invertida.

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Lo que todos pensaban es que el calvo chef amateur primero se instalaría con un restaurante, y pese a que uno de sus anhelos, hay otras prioridades en su vida. “Es mi sueño y lo quiero cumplir, pero antes que un restorán está mi hogar, pondré un pie para mi casa propia y ahí veremos cómo se generan las lucas para cumplir eso del restorán”, señaló Ignacio Riveros según acota diario La Cuarta.

De igual forma y pese a que no ganó, posiblemente la vida le cambie considerando el ofrecimiento de trabajo que le hizo Ennio Carota para que ejerza en una de sus cocinas. “Las conversaciones con los chefs están, pero eso no lo quiero hablar públicamente porque todavía no hablo nada concreto con ninguno de ellos. Pero eso sigue en pie. De hecho me han llamado por teléfono y todo”, agregó.

Finalmente, Ignacio aclaró su abrupta desaparición tras la final, pero según él, no se trató de un berrinche ni nada por el estilo, sólo quería irse rápido a su casa y descansar, considerando que fueron cuatro meses de programa y sin dejar de lado su trabajo como recolector. “Me fui piola porque no quería ser la burla, pero todo bien. Pedí disculpas y me retiré de buena forma y todos me comprendieron, entonces ‘bacán’, cero mala onda”.