Robert Ladd fue ejecutado la noche de ayer, tras ser condenado por el asesinato de una mujer de 38 años de edad. El crimen lo cometió 20 años atrás, mientras se encontraba en libertad condicional por otros tres homicidios.
Ladd fue condenado a muerte por la muerte de Vicki Ann Garner, quien fue estrangulada y golpeada con un martillo de 1996. La mujer fue encontrada con sus brazos y piernas atadas, y le habrían prendido fuego en su propio departamento.
Pese a que la defensa de Ladd de 57 años pidió que el hombre no fuera ejecutado, dado que era una persona con sus facultades mentales deterioradas, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó tales argumentos y lo condenó igualmente a la pena de muerte, como consigna el medio británico Daily Mail.
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También se desestimó una apelación presentada por el mismo abogado, la cual afirmaba que el fármaco que se utilizaba en la inyección letal, pentobarbital quizá no era lo suficientemente potente como para producir una muerta rápida y sin sufrimiento.
Minutos antes de la ejecución, el sentenciado se dirigió a la hermana de su víctima diciéndole que realmente lo sentía y que no creía que una muerte por “venganza” iba a sanar su dolor. No obstante,la mujer aseguró haberlo perdonado hace años.
Fue luego de esas palabras que Ladd fue inyectado. El gran problema: el fármaco no hizo un efecto inmediato y el hombre estuvo cerca de media hora consciente, describiendo cada una de las sensaciones que le producía la droga.
“¡Siento picaduras en mis brazos, hombre!“, fue lo primero que indicó. Luego comenzó a respirar profundamente y a gritar, cada vez más bajo hasta que dejó de moverse.
Informes psiquiatricos del fallecido indicaban que tenía un coeficiente intelectual cercano a los 67, lo que indicaba que estaba por debajo del umbral que ya se considera como de deterioro (70); ese el argumento que tuvo su defensa, al asegurar que el hombre no tenía habilidades sociales ni podía vivir de forma independiente. No obstante, ninguna de las pruebas fue aceptada por la Corte Suprema de ese país.
