Muchos estudios nos hablan a diario que una vida poco saludable sumada a una estresante rutina de trabajo o estudio, pueden ser la antesala de graves consecuencias para nuestro organismo.
No obstante, la periodista británica Anna Magge, quería ir más allá y descubrir cuáles son los daños reales que provoca el estrés en el rostro de una persona a lo largo de una década, según consigna el medio inglés que también contribuyó al estudio, Daily Mail.
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Para llevar a cabo el estudio la Magee contactó a Auriola Prince, una artista forense experta en envejecimiento y ex empleada del FBI, para que trabajara en conjunto sobre la idea de cómo sería su cara dentro de 10 años si continuara trabajando con el mismo nivel de estrés.
Es así que a través de un software y algunos parámetros previos, la experta dio con la aterradora imagen. Flacidez, acné, y canas, fueron solo algunos de los cambios.
El impacto fue tan grande que el mismo medio propuso a algunos de sus lectores que se sometieran a la misma prueba.
¿El resultado?
Como ves, muy poco alentador. La periodista enumeró cuáles son los cambios más impactantes a causa de la enfermedad de este siglo, y nosotros te resumimos algunos.
1.- Aumento masivo de las canas: La investigación determinó que los altos niveles de tensión pueden provocar la pérdida de un tipo sustancia que da color a los folículos pilosos. Esto hecho provoca la pérdida de color en el pelo.
2.- Aumento del acné: El estrés continuo provoca acné, ya que la tensión causa una respuesta inflamatoria en el cuerpo que obstruye los poros, los que luego se rompen. También, el estrés en el cuerpo provoca que se liberen más andrógenos (hormonas sexuales masculinas), lo que también aporta a la aparición de granos.
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3.- Disminución de la luminosidad de la piel: Se produce debido a que el flujo sanguíneo disminuye su velocidad, ya que el corazón bombea más sangre para afrontar la situación que provoca el estrés. Así, los nutrientes abandonan la piel del rostro para enfocarse en los músculos.
4.- Aumento de las bolsas en los ojos: Se relaciona a la escasez de horas de sueño, sea porque siempre quieres levantarte temprano para optimizar tu día o porque la tensión no te deja dormir.
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5.- Flacidez de la piel y piel seca: Al disminuir la velocidad del flujo sanguíneo, aparece la deshidratación y escafez de nutrientes en ciertas zonas del cuerpo que terminan flácidas. La misma situación hace que se evaporen lípidos, lo que aporta a la sequedad de la piel.
6.- Enrojecimiento de la piel: El estrés es clave en enfermedades inflamatorias como las que tienen que ver con enrojecimiento de la piel. Este cuadro se complica más si se maneja la tensión con alcohol (el vino tinto aumenta el riesgo de rosácea). Además, dolencias como eccema y la psoriasis, también están relacionadas con el estrés.
