Debbie (43) y Steve Wood (31) son una pareja como todas, con la “pequeña” diferencia que la mujer tenía tanto miedo que su novio la engañara que lo sometía a un detector de mentiras cada vez que Steve regresaba a casa, además le revisaba el teléfono, email, y sus cuentas bancarias.
Pero lejos de vivir un calvario, la pareja dice amarse infinitamente e incluso optaron por dar un paso adelante en su relación, ya que recientemente contrajeron matrimonio, pese a que la mujer fue diagnosticada el año pasado con el síndrome de Otelo, conocido como “la enfermedad de los celos extremos”.
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Debbie vivió diez años en Estados Unidos, pero se mudó a Gran Bretaña luego de terminar una relación amorosa que la destruyó emocionalmente, tanto que ella estaba segura que no volvería a estar en otra relación. Los expertos señalan que ese trauma desencadenó la enfermedad, señala el Daily Mail.
La pareja comenzó a salir en 2011 luego que un amigo en común los presentara. “Yo sabía que estábamos destinados a estar juntos desde que compartimos nuestro primer beso bajo el Puente de Londres. No era mi intención enamorarme de nuevo después de mi última relación, pero Steve me robó el corazón“, relata la mujer.
Cuando se conocieron vivían lejos, por lo que optaron por mudarse juntos, pero la decisión empeoró la enfermedad de la mujer, que también sufre de un trastorno dismórfico corporal, que se caracteriza por una preocupación constante y anormal de algún defecto físico real o imaginario.
La mujer ha instalado filtros infantiles en las computadoras y celular para que su esposo no mire mujeres y tampoco lo deja ver programas de televisión donde aparezcan mujeres.
“Una noche había un anuncio comercial donde salía una mujer rasurándose, y sentí pánico de que Steve estuviera viéndola“, indica.
Por lo mismo, compró un detector de mentiras, ya que es la única forma de asegurarse que sus ojos no estén mirando hacia otra parte, y señala que el hombre en general es bastante confiable pero que igualmente lo ha atrapado algunas veces mintiendo respecto a si miró o no a otras mujeres.
Respecto a su enfermedad, científicos han asegurado que en algunos casos puede llegar a extremos violentos, de hecho, se han conocido casos donde la persona que sufre del trastorno termina asesinando a su pareja porque simplemente no puede lidiar con la desconfianza.
Él, en tanto, asegura que si bien ha sido difícil, vale la pena continuar a su lado. Y que cuando han habido problemas, sólo tiene que decirle que no la ha engañado y rogarle un poco, para que las cosas vuelvan a estar bien. “Somos almas gemelas. Ella es muy especial para mí y un poco de celos por aquí y por allá, no cambiarán eso“, señala el enamorado hombre.
“Mis celos han provocado algunas rupturas y que algunas veces le lance cosas (…) pero él sigue a mi lado a pesar de todo eso. Yo sé que es el hombre para mí. Creo que hay muchas mujeres ahí afuera en la misma condición que yo y no se dan cuenta”, remata Debbie.
