Escuchamos constantemente en las campañas de la televisión que hay que ir una vez al año al ginecólogo y someterse a varios importantes chequeos. Uno de los principales es el Papanicolau, el cual detecta la presencia de células precancerígenas en el cuello del útero, lo que a futuro podrían desencadenar un cáncer.

A pesar de lo importante que es este test, en Chile el 50,7 % de las mujeres de entre 25 y 64 años no se lo ha realizado, como informa BioBioChile.

Miedo al examen, falta de tiempo, poca preocupación y hasta desconocimiento son las causas por las que las chilenas no se someten a este prueba. De hecho, una encuesta descubrió que el 48,5% no se someten al test por flojera o porque se preocupan más por la salud de otros familiares. Preocupante, si se considera que el cáncer cervicouterino es la sexta causa de muerte entre las féminas de Chile.

turboalieno (cc) | Flickr
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Para animar a que las mujeres se sometan a este examen, el ginecólogo y oncólogo Carlos Rencoret decidió acabar con los 6 principales mitos que han surgido en torno al Papanicolau. Este afirma que toda mujer sexualmente activa debería considerarlo en su rutina. “Es una práctica que se debe adoptar con regularidad durante toda la vida, incluso pasada la menopausia. En nuestro país las mujeres dejan de lado la prevención y sólo son conscientes cuando ya se ha diagnosticado la enfermedad”, afirma este experto.

Aquí despejamos las principales 6 inquietudes de las mujeres.

Mito 1: “El examen Papanicolau es muy molesto y doloroso”.
Según este médico, si el examen es tomado de manera adecuado, la muestra es indolora. Según Rencoret “cuando se introduce el separador vaginal (espéculo) no es una experiencia agradable, pero tampoco dolorosa y sólo toma menos de un minuto”.

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Mito 2: “No es necesario realizarse el Papanicolau”.
Incorrecto: esta pruebe debe realizarse de manera anual, incluso si se ha recibido la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano. La primera muestra ojalá debe tomarse 3 años después de la primera relación sexual e incluso, antes.

“El PAP permite detectar lesiones precancerígenas en el cuello del útero, y tras su detección y tratamiento en más del 90% de los casos resulta exitoso, pues no se desarrolla el cáncer”, afirmó este ginecólogo.

Mito 3: “Soy demasiado joven para hacerme el Papanicolau”
No importa la edad que se tenga: una vez iniciada la vida sexual, la mujer debe someterse a este examen una vez al año.

Kate Ter Haar (cc) | Flickr
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Mito 4: “Me puedo hacer un examen de Papanicolau en cualquier momento”
Hay un par de recomendaciones que deben seguirse: ojalá no estar menstruando, ya que la presencia de flujos puede alterar los resultados. Además, no utilizar ningún medicamento intravaginal en la noche previa a la toma y no tener relaciones sexuales los tres días previos a la toma de la muestra.

Mito 5: “Mi médico me hizo un examen ginecológico, que es lo mismo que un Papanicolau.
Se trata de dos examenes distintos: mientras que el examen ginecológico revisa de manera visual y táctil el cuello uterino y otras partes anatómicas femeninas, el Papanicolau recoge células del cuello uterino, que después son analizadas en un laboratorio.

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Mito 6: Mi examen de Papanicolau fue anormal, lo que quiere decir que tengo cáncer.
Obtener resultados anormales indica la existencia de células que deben ser examinadas, por lo que el especialista recomendará un estudio específico para determinar si es cáncer u otra condición.

Cambios relacionados con inflamación no suelen ser motivo de alarma, mientras que las alteraciones en las células escamosas pueden ser de bajo riesgo o alto riesgo para cáncer, por lo que deben ser vigiladas de cerca.

Este médico asegura que “probablemente será necesario exámenes de confirmación diagnóstica tales como una colposcopía y/o una biopsia para probar la presencia de células cancerosas. Un Papanicolau anormal puede indicar una condición precancerosa que puede ser tratada. Asimismo, un PAP negativo, no siempre quiere decir que la mujer no tiene cáncer”, profundizó.