Gracias a los avances de la tecnología, hoy son muchos los celulares que tienen una cámara frontal, acabando así con el “mal del fotógrafo” (que consistía en ir a un lugar con una cámara y hacerle imágenes a todos, pero que nadie tomara una foto tuya). Fue así como se popularizó un estilo que hoy copa todas las redes sociales: la selfie.
Este puede ser un recurso muy cómodo y divertido. De hecho, se ha vuelto tan popular, que hasta le han dedicado canciones como “#Selfie” del dúo nuevoyorquino Chainsmokers. Pero como todas las cosas en la vida, hay que tener tacto al recurrir a esto o sino te hará ganar el repudio social… o hacerte ver muy ridículo.
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Un ejemplo bien famoso, fue lo que le ocurrió a Breanna Mitchell, una joven estadounidense que andaba de visita en el campo de concentración de Auschwitz y decidió tomarse una selfie sonriendo en ese lugar. El gran problema: a nadie le agradó mucho su autorretrato, ya que más de un millón de hombres, mujeres y niños murieron en ese complejo.
Su imagen fue retuiteada miles de veces y le significó recibir insultos desde todos los países del mundo. “Ese viaje realmente significó algo para mí y por eso estaba feliz”, tuiteó intentando explicar la razón de su sonrisa, pero ya era muy tarde para detener a los “trolles” y debió suprimir la imagen y volver privada su cuenta.
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En Chile, uno de los casos más emblemáticos fue el bullying que sufrió Paulina Palma, una joven porteña que posó ante la cámara con los cerros de Valparaíso en pleno incendio. Si bien no se trató de una selfie -alguien más la tomó-, sí le significó muchas críticas, burlas alrededor de todo Twitter, memes y dolores de cabeza.
“Igual entiendo a la gente que se debió haber enojado, porque en el momento que uno ve la foto es fuerte, pero no fue mi intención”, explicó esta en una entrevista a La Cuarta.
Si eres demasiado “volado” como para saber si te estás tomando una fotografía pésima o no, te dejamos el manual que armó el portal noticioso ABC España: desde adolescentes que se toman instantáneas con vagabundos desmayados, hasta bomberos que se fotografían con tu casa en llamas, queda claro que hay de todo en este mundo.
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