El pequeño bebé de Verónica Limarí y Wilmer Choque llevaba varios días con un cuadro diarreico. Preocupados, estos padres del Valle de Azapa decidieron llevarlo a la Posta de Salud Rural Sobraya, donde el paradémico de turno se percató de la gravedad de su estado y los instó a llevarlo al Hospital Juan de Noé en Arica. 

El problema comenzó cuando llegaron a esta institución: “Según cuentan los padres, en la urgencia del hospital no lo habrían atendido porque les cobraron 30 mil pesos, por lo que regresaron a la Posta de Sobraya, donde se le volvió a atender”, afirmó en un comunicado Eduardo Gutiérrez, director del Departamento de Salud Municipal.

El problema es que el mismo paramédico que los atendió, informó que no existía registro de su retorno. Lo que sí se sabe es que a las 06:30 horas del martes, este lactante llegó sin signos vitales a la Posta de San Miguel, donde se informó su fallecimiento a las autoridades correspondientes.

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Hoy, la Fiscalía “inició la investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte de este niño boliviano”. Se trata de una grave negligencia, ya que “la ley señala que en los servicios de urgencia hospitalarios no se puede negar la atención a niños menores de un año y mujeres embarazadas”, explicó Gutiérrez.

De momento, lo único que queda claro es “que en la atención primaria rural se le prestó en todo momento la ayuda a este menor que la ley y los protocolos nos facultan”, concluyó el director.