Chiara Páez era una adolescente como cualquier otra: Pasaba las tardes jugando hockey con su equipo, asistía a clases en el Instituto Nuestra Señora de la Misericordia, tenía una familia que la quería y también un novio de 16 años que era su mundo. Hasta que un día, ella desapareció, desatando un enorme operativo policial en Rufino (provincia de Santa Fe, Argentina).
Lee también: Joven argentina no fue atendida y dio a luz en baño de clínica: Murió por una infección
Los uniformados sospechaban de su pololo, porque cuando lo interrogaron hubo “contradicciones en su relato”, como detalló el fiscal Mauricio Clavero a Todo Noticias. Es por esto que se ordenó una búsqueda en su casa, la cual culminó con el hallazgo de la joven de 14 años muerta y enterrada en el patio.
El chico, identificado como Manuel Mansilla, admitió el crimen ante el Juzgado de Menores de Venado y dijo ser el único autor. La chica murió producto de los golpes de puño que recibió contra el cráneo y rostro; sus rastros de sangre fueron hallados en el colchón donde ocurrió el ataque.
Además, el fiscal confirmó que la adolescente presentaba un embarazo de mes y medio, por lo que se sospecha que esta pudo la motivación tras el cruel ataque. No sólo Manuel Mansilla fue detenido: su madre, abuelos y otros mayor de edad fueron trasladados a Melincué y están a disposición de la justicia, como detalla el medio La Nación.
Por la contextura de Chiara -medía 1.70 metros y pesaba 70 kilos-, se cree que su pololo no fue capaz de arrastrarla al patio solo: “Era un chico bueno hasta que se convirtió en un asesino. Quiero que se pudran en la cárcel. Esto es una película de terror”, declaró Fabio, el papá de la menor de edad.
Al mediodía del martes, sus familiares, amigos y la comunidad de Rufino despidieron a la malograda adolescente. El cura del templo, Diego Cavanagh, pidió durante el responso a las autoridades “administrar justicia que lo hagan con la ejemplaridad necesaria para que esto no vuelva a suceder”.
