Una adorable niña ha sido apodada “Baby Hulk” después de que una extraña enfermedad le hiciera nacer con el pecho y los brazos anormalmente grandes.
La valiente Armani Milby, que ahora tiene nueve meses, tuvo que nacer por cesárea de urgencia a las 33 semanas tras diagnosticársele una forma grave de linfangioma, que provoca crecimientos benignos en los vasos linfáticos.
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Esta enfermedad congénita extremadamente rara dejó a la pequeña con el pecho y los brazos hinchados, lo que, según su madre Chelsey, le hizo parecer una mini culturista, por lo que le dio el cariñoso apodo de “Mini Hulk”.
Armani nació pesando 4,5 kg, tres veces más que el tamaño medio de un bebé en ese momento de la gestación, que suele ser de entre 3 y 5 kg.
Chelsey dijo que la gente pensaba que esperaba trillizos por el tamaño de su barriga y que lloraba a diario porque le costaba moverse cuando alcanzaba los 90 kg durante el embarazo.
Descubrieron que la pequeña padecía esta enfermedad tras una ecografía realizada en la semana 17 de embarazo, en la que los médicos se mostraron preocupados por la posibilidad de que tuviera líquido alrededor del corazón.
Enfermedad podría tratarse con cirugías
Dependiendo de la zona del cuerpo afectada, el linfangioma puede causar graves problemas de salud, como problemas respiratorios o de visión.
A pesar del desalentador pronóstico de los médicos, Chelsey siempre mantuvo la esperanza en su hijo nonato y, por suerte, se cree que su enfermedad puede tratarse con cirugía.
Chelsey from Kentucky, USA, affectionately nicknamed her 9-month-old daughter 'Baby Hulk' due to enormous arms and chest caused by a severe form of lymphangioma.
The young woman is praised for still being a LOVING and SUPPORTIVE mum despite her baby's condition. pic.twitter.com/W2tz2VjaL3— Funny News Hub (@Funnynewshub) September 26, 2023
“Cuando me enteré, la verdad, me quedé destrozada, con el corazón roto. No entendía qué había pasado, qué había salido mal, porque tenía otros dos bebés sanos, y lloraba todos los días. Todos los días le preguntaba a Dios por qué“, afirma la madre de la criatura.
Además, destaca que nunca se plantearon abortar, a pesar de que los médicos dijeron que no sobreviviría y que probablemente no lloraría cuando saliera.
A las 33 semanas, Chelsey tuvo que someterse a una cesárea para dar a luz a Armani, que lloró de inmediato y, poco después, pudo demostrar que los médicos estaban equivocados.