Cuando tenía 14 años, Luisa Fernanda Buitrago quiso realizarse un romántico tatuaje que llevaba la frase “No me dejes caer jamás”. Irónicamente esa decisión le costó la movilidad de sus piernas por un tiempo y un aborto espontáneo.
Pagó apenas 13 dólares por el tatuaje, algo así como $8.600 chilenos, por realizarse el tatuaje en la casa de un vecino, sin embargo, la poca prolijidad a la hora del trabajo y la falta de higiene, desató un grave problema de salud.
También puedes leer
Según relató la propia afectada al medio local Prensa Libre Casanare, a los 15 días de realizarse el tatuaje, terminó en un hospital de Villavicencio, zona donde reside.
Resulta que tras la intervención, que se realizó bajo un seno, la afectó una bacteria que atacó el nervio ciático y la médula espinal. De acuerdo a los dichos de la joven, habría sido la falta de higiene del lugar donde se realizó el tatuaje, además de los instrumentos, los que habrían provocado este daño.
“Empecé con un dolor de espalda, sentía hormigueo en los pies, se me inflamó el estómago, no sentía las partes íntimas“, fue parte del relato de la joven, respecto al momento en que se dio cuenta que las cosas no iban bien.
Pero eso no fue todo, ya que al recibir un tratamiento por cerca de mes y medio, con fuertes fármacos, la joven vivió un aborto espontáneo. Lo anterior es porque los médicos tuvieron que drenar y limpiar la zona para combatir la bacteria.
“La situación ha sido muy dura, cuando me dice el neurocirujano ‘no vas a volver a caminar durante un tiempo’ es duro, porque en realidad una juventud en una silla de ruedas no es buena, ser independiente y que de la noche a la mañana depender de alguien es bastante duro“, comentó Buitrago al medio local Hora 7/24.
Cabe señalar que actualmente la joven tiene 15 años y continúa en silla de ruedas, sin embargo, su tratamiento sigue y está a la espera de una nueva intervención, con la esperanza de tener posibilidades de volver a caminar.