En marzo de 2009, Colombia y el mundo entero se conmocionaron con una cruda denuncia. Una mujer de la zona rural del municipio de Mariquita, en el departamento de Tolima, en el centro del país cafetalero, revelaba que su propio padre la había encerrado y usado como esclava sexual por más de 30 años.

Fruto de la incestuosa y forzada relación ella dio a luz a 14 hijos, de los cuales 6 murieron. Ignorancia, miedo y supersticiones le impedían salir del círculo del abuso.

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Es la horrorosa historia de Alba Nidia Álvarez y su padre Arcedio, el abusador que llegó a ser conocido como el Monstruo de Mariquita o el Joseph Fritzl colombiano.

El comienzo del fin

Las violaciones y abusos comenzaron en 1979, cuando Arcedio Álvarez quedó viudo. Nidia tenía apenas 5 años.

La familia vivía, según informó en la época del descubrimiento el medio colombiano El Espectador, en condiciones de pobreza en una vieja casa de madera, pisos de tierra y techo de zinc, en un poblado cercano a la localidad de Mariquita.

En ese lugar, la mujer vivió un verdadero infierno sin siquiera darse cuenta.

“Eran buenas personas aunque no hablaban mucho con los demás. Hace más de 20 años vi llegar a Arcedio con cuatro hijos, entre ellas Nidia, quien era muy pequeña”, dijo Clementina Sánchez, una vecina del sector, cuando la terrible verdad fue denunciada.

“Dos de sus hijos murieron por enfermedades, pero Nidia fue creciendo, se fue formando, cuando el día menos pensado la vimos en embarazo”, agregó la mujer.

Según los relatos de los habitantes, todos quedaron aterrados al ver a esta niña esperando un bebé y sospecharon que tenía vida íntima con su padre, un agricultor, que al momento de su detención tenía 59 años. Sin embargo, nadie se atrevió a denunciar.

Jorge Gómez, quien también habita en el poblado conocido como La Cabaña, contó que, “casi todos le decíamos que eso de estar teniendo hijos y teniendo intimidad con su papá no estaba bien, pero ella se quedaba callada”.

Finalmente se acostumbraron a ver la situación y prácticamente lo hicieron pasar como algo normal, ya que además nadie se atrevía a decirle nada a Arcedio.

“Aunque el señor era muy decente, era muy serio y nos daba miedo que nos hiciera algo”, aseguró Clementina.

Los embarazos

“Cada rato la veíamos en embarazo, y con otro bebé, pero a Arcedio no le gustaba que la llevaran a los médicos, por eso se le murieron sus otros hijos. Ella tenía los niños en la casa” dice Yimer, otro vecino del sector donde el monstruo de Mariquita llevó a cabo sus barbaridades.

El primer embarazo de la víctima fue cuando ella tenía apenas nueve años.

A pesar de esta denuncia, una partera dice haber atendido los embarazos de la joven en la casa, y aseguró en su momento que nunca le reconocieron la realidad.

Cuando finalmente Alba Nidia decidió escapar y denunciar los abusos, casi 30 años después, quedaron al descubierto escabrosos detalles de su historia.

La joven quedó embarazada 14 veces, sólo 8 de sus hijos lograron sobrevivir. Vivía amenazada, prácticamente encerrada. Su padre no la dejaba salir a ninguna parte sin él y la sometía a horribles maltratos físicos, verbales, psicológicos y sexuales.

Para cuando logró vencer el miedo, su hijo mayor tenía 19 años y el menor apenas 12 meses. Alba Nidia decidió denunciar los hechos y escapar de su padre y ‘carcelero’ cuando vio que Arcedio podía cometer también abusos contras sus hijas-nietas, y que aparentemente estaba induciendo a los varones para que hicieran lo mismo con sus propias hermanas.

“Eso jamás lo consentí porque yo sufrí mucho. No quería que mis hijas sufrieran lo mismo, pues yo me sentía muy mal cuando él lo hacía conmigo, luego no quería que la historia se repitiera con ellas. Le advertí que el día que lo llegara a hacer, hasta ahí me conocería como la persona dócil y buena que soy”, contó la mujer ya libre del castigo de su propio progenitor, según informó El Colombiano.

Liberación

Una noche, en que Arcedio golpeó a uno de sus hijos, Alba despertó y reaccionó. Ella encaró al sujeto y cuando recibió el primer golpe ella lo devolvió sin miedo, y se dio cuenta de que era tiempo de dejar ese infierno.

Con el primer paso dado y el apoyo de sus hijas mayores, dejó la casa de La Cabaña con rumbo a Mariquita, donde denunció los hechos a las autoridades para ser revisado e investigado.

Cuando las autoridades encontraron a Alba nuevamente, meses después de su escape, estaban viviendo en condiciones de extrema pobreza junto a sus hijos. Trabaja más de 15 horas diarias en un restaurante donde le pagaban diario apenas 7 mil pesos colombianos (poco más de 1500 pesos chilenos).

“La encontré en condiciones deplorables, viviendo en una casa que estaba en muy malas condiciones, el agua era sucia, olía feo y la señora Alba Nidia estaba prácticamente en los huesos… parecía que tuviera 68 años”, recordó Hugo Parra, asesor de la concejala Gilma Jiménez, quienes se preocuparon de hacer público el caso y hacerle seguimiento a la mujer en ese entonces de 35 años, luego de recibir la denuncia.

Después de varios meses de recoger testimonios e información, en enero de 2009 se comenzó la investigación formal luego de la denuncia a la fiscalía nacional y pronto Arcedio cayó en las manos de la justicia.

Arcedio en un principio se declaró inocente. Dijo que nunca abusó de Alba Nidia, que era todo consentido, que no era el padre biológico sino que ella era adoptada y que nunca abusó de las hijas que tuvo con Alba, pero sus argumentos se vinieron rápidamente al piso.

Alba Nidia recordó cuando le comentaron la declaración del detenido que aquel argumento de que no era su padre biológico, era uno de los tantos que utilizaba para abusar de ella.

“‘Yo lo quiero, lo quiero como mi papá’, le decía a él. Jamás lo miré como hombre, nunca. Es mi papá”, reveló la víctima en varias entrevistas.

Condena y muerte

Arcedio Álvarez fue condenado a 15 años y siete meses de cárcel en octubre de 2009, luego de ser sentenciado por los delitos de acceso carnal violento agravado e incesto. Pronto se rebajaron a poco más de 11 años en prisión.

El monstruo de Mariquita, sin embargo, no alcanzó a cumplir su condena. Falleció en septiembre de 2011, aparentemente por causas naturales, en la Cárcel Nacional de Picaleña, en las afueras de Ibagué.

De acuerdo a Q hubo Ibague</em> y según el reporte oficial de la oficina de prensa del Inpec, el violador estuvo recluido en un hospital durante varias semanas. Ahí le extrajeron la vesícula biliar a causa de cálculos que presentaba. Al día siguiente de volver a prisión los gendarmes lo encontraron muerto.

Arcedio Álvarez | Archivo| AFP
Arcedio Álvarez | Archivo| AFP
Arcedio Álvarez | Archivo| AFP
Arcedio Álvarez | Archivo| AFP

Poco más se supo del caso. Según se reveló tiempo después, muchos de sus hijos apoyaron al padre, descartando las acusaciones de la mujer y el destino de la víctima quedó, al parecer, bajo 7 llaves gracias a los tribunales.