Cuatro horas diarias pegada a su computador jugando el famoso World of Warcraft era la principal rutina de Christian Cece Hill, una mujer de 34 años, que incluso llegaba a jugar 24 horas seguidas, todo por culpa, según confiesa, de la soledad.

Sin embargo, de un día para otro, la chica logró cambiar su vida, y su cuerpo, gracias a un nuevo pasatiempo que la llevó a bajar más de 70 kilos.

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Se decidió a dar un giro y dejar los trasnoches rellenados con bebidas gaseosas y energéticas y, por supuesto, comida nada saludable, como papas fritas y golosinas, y para hacerlo decidió empezar a practicar pole dance. ¡Si, bailar en el caño!

El golpe de realidad llegó cuando luego de estar más de 24 horas en un portal de juegos en línea los administradores decidieron bloquearla por temor a que sufriera algún tipo de coagulación sanguínea que pudiera terminar en un ataque cerebrovascular o cardíaco. En ese momento se dio cuenta que había tocado fondo.

Christian, de una localidad cercana de Orlando, Florida, Estados, estudiaba para ser asistente de enfermería y llegó a pesar 165 kilos, lo que hacía complejas sus funciones; incluso arrastrar una camilla era un suplicio.

Antes de su cambio, también quedó atascada en dos juegos en parques temáticos, otro de sus grandes vicios. Una vez incluso tuvo que ser rescatada al quedar atorada en un tubo de agua, soportando la humillación por más de 3 horas.

Aunque se sometió a una operación, pronto recuperó sus kilos, y no fue sino hasta que descubrió el baile del caño, que encontró la solución a su problema.

“Siempre me gustó bailar, pero mis rollitos me colgaban y todo era muy incómodo. Como resultado de eso, solía esconderme jugando videojuegos. Pero ahora soy adicta al poledance y entreno por lo menos dos horas diarias. No me molesta en lo absoluto pararme en ropa interior frente a un espejo hasta lograr perfeccionar mi último truco”, cuenta la transformada mujer.

Cece solía tomar 12 latas de coca cola al día, una pizza familiar, alitas de pollo, pastel y pan en una sola sesión de juego, todo con mantequilla extra y salsa ranchera. Pero cuando la echaron nuevamente de un juego en un parque temático decidió viajar a México para realizar la cirugía de baipás gástrico vertical.

Aunque logró bajar algunos kilos, sintió que no era suficiente y la gran cantidad de piel que quedó colgando le complicaba y con la confianza nuevamente en el piso volvió a subir 25 kilos. Pero entonces conoció esta disciplina.

“Me di cuenta que mi depresión estaba aflorando de nuevo y si no hacía algo, rápidamente terminaría donde había empezado. Siempre me ha encantado bailar y empecé a buscar en clases de baile y tropecé con el caño. Al principio no hice caso, pensando que tenía que perder más peso porque no tenía fuerza en la superior del cuerpo, pero entonces vi un video de YouTube con una bailarina de barra de talla grande y me sentí inspirada. Enseguida me compré un Groupon por 20 clases de pole y comencé dos días después”, recuerda Christian.

Así a unos meses de iniciar, la chica ya ha logrado bajar más de 70 kilos y mejorar su figura, su estilo y por sobre todo su salud, quemando cerca de 850 calorías diarias con el ejercicio y cambiando su dieta por una saludable, con el objetivo de transformarse en un verdadera diosa del caño.

Además hace poco completó su transformación con una abdominoplastía y un levantamiento de trasero, lo que le ha dado confianza para usar los atuendos tradicionales de las bailarinas de pole, consignó Mirror.

“Ya no siento como que mi vida se va a acabar. Me siento empoderada y quiero que otras mujeres vean y sepan que también pueden hacer este maravilloso deporte”, declara Cece.

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