Llevar una vida fitness requiere de un esfuerzo que, de ser mal llevado, puede terminar en severas consecuencias físicas y emocionales. Tal como le pasó a Camila Zambelli, una joven que se volvió adicta a la idea de mejorar su figura.

Fue a comienzos del 2015 cuando la joven de 29 años decidió darle un giro a su deportiva vida, y comenzó a trabajar su cuerpo duramente en el gimnasio utilizando máquinas. Esfuerzo que complementó con restrictivas dietas.

De esta manera y con sólo cuatro meses de entrenamiento Camila participó en el Torneo Mercosur, el 23 de mayo, en la especialidad bikini fitness talla alta. Fue entonces cuando su entrenador, Maximiliano Ferres, la abandonó.

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“Partí por razones estéticas, pero luego quise más y decidí participar en torneos de fitness”, contó Camila a LUN. Y, aunque los resultados fueron rápidos, también fue acelerada la pérdida de control que condujo a la joven de un metro 70 a pesar escasos 43 kilos.

“Me quedé sin entrenador y seguí con dieta y full entrenamiento lo que me produjo un desorden alimenticio grave”, contó la modelo fitness, quien además agregó que llegó a inducirse el vómito cuando creía que se salia de la dieta.

Pero logró salir de su compleja situación gracias a la ayuda del ex campeón de ciclismo, Sebastián Fuentes, quien se hizo cargo de su mal llevado entrenamiento y -de paso- criticar la mala preparación del antiguo entrenador de Camila, que ahora se recuperó y pesa ya 56 kilos.

La hicieron llegar a un extremo sin que hubiera necesidad, porque ella competía en una categoría que es más estética, donde no se necesita mostrar tantas venas y musculatura”, reclamó el ahora estudiante de kinesiología.