Esta famosa fotografía convirtió a Kim Phuc en una símbolo de la Guerra de Vietnam. La niña huía de un ataque con napalm (un poderoso ácido que produce una combustión más duradera que la de la gasolina simple) y se había sacado sus ropas en llamas cuando fue capturada por Nick Ut en su cámara.
Aunque en las imágenes tomadas en 1972 no es tan visible, Kim quedó con el 33% de su cuerpo quemado y milagrosamente sobrevivió, a pesar de que gente con sólo el 10% de quemaduras murió en el mismo escenario, tal como recoge el medio estadounidense New York Daily News.
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Durante más de 40 años, Kim Phuc escondió sus heridas bajo largas blusas… hasta que hoy, le ofrecieron un innovador tratamiento dermatológico que puede acabar con todas las cicatrices de una guerra. “Durante muchos años pensé que no tendría cicatrices ni dolor cuando me fuera al cielo. Pero ahora, ¡el cielo está en la Tierra para mí!”, declaró.
La dermatóloga Jill Waibel de Miami, especializada en tratamiento láser para pacientes quemados, promete suavizar el tejido cicatrizado que cubre su brazo izquierdo hasta su cuello y cubriendo casi toda su espalda. Además, la técnica promete aliviar los profundos dolores que siente desde aquel día.
El mismo fotógrafo que la captó huyendo de las bombas, “el tío Ut” como le dice, estará presente en su transformación, junto a su esposo desde hace 9 años, Bui Huy Toan. “Él es el comienzo y el final”, dijo en referencia al fotógrafo. “Él tomó mi foto y ahora estará ahí en mi nuevo viaje, un nuevo capítulo”.
Ut hoy tiene 65 años y estaba presente en el sur de Vietnam cuando los militares tiraron accidentalmente el napalm en los civiles de la villa de Kim Phuc, llamada Trang Bang. Él aún recuerda a la niña gritando en vietnamina “¡muy caliente! ¡muy caliente! ¡creo que estoy muriendo!” Él mismo la subió a la ambulancia y la llevó al hospital, salvando su vida.
Su imagen de Kim huyendo del napalm lo hizo ganar el premio Pulitzer. Cabe destacar que esta sustancia se pega al cuerpo como una gelatina al mismo tiempo que lo hace arder y es por esto que es tan mortal. El hecho dejó a Phuc con secuelas de movimiento en su brazo izquierdo y manos, por lo que debió abandonar sus sueños de aprender a tocar el piano.
Por suerte, este innovador tratamiento que le ofrecieron de manera gratuita abrirá un nuevo capítulo en su trágica vida: éste vaporiza el tejido cicatrizado, creando agujeros microscópicos en su piel, los cuales permitirán que las medicinas con colágeno sean absorbidas profundamente. Se espera que pase por unas siete sesiones dentro de los siguientes 8 a 9 meses: “quizás me tome un año, pero estoy realmente emocionada y agradecida”, puntualiza.