Jason Andrews pesaba más de 180 kilos cuando hace dos años sufrió la vergüenza de su vida: rompió una silla en pleno matrimonio, quedando en ridículo frente a decenas de personas.
Así al menos lo confesó al medio británico The Mirror, agregando que esa situación embarazosa lo hizo tomar conciencia de su estado físico y de salud.
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El hombre de 30 años, quien tenía una cintura de 1,4 metros, finalmente entendió el mensaje y decidió cambiar su estilo de vida, para poder realizar actividades tan simples y cotidianas, como jugar con sus dos hijos en el jardín.
Jason fue diagnosticado con diabetes tipo 2, y pensaba que para los 40 años quizá estaría muerto, por lo que decidió agendar una operación para ponerse una banda gástrica, sin embargo, se arrepintió a último minuto y quiso cambiar su apariencia con pura fuerza de voluntad.
Así, reemplazó su ingesta diaria de 6 mil calorías, que incluía grandes cantidades pan tostado con mantequilla al desayuno, empanadas y papas fritas al almuerzo, y sándwiches de queso para la cena, por comidas caseras saludables.
Fue así como una dieta baja en grasas y alta en proteínas, hizo que con el tiempo pudiera correr carreras de 5 y 10 kilómetros. Y actualmente, se está preparando para su primera maratón.
El británico, aseguró que el incidente en la boda fue tan solo uno de los momentos embarazosos que vivió. “Todo eso me ayudó a decidir que finalmente debía hacer algo por mi saludad. Me levantaba y ya me sentía cansado, y siempre esperaba que llegara la noche para dormir y descansar. Bromeaba con que no iba a llegar a los 40, pero en el fondo no me estaba riendo“, señala al medio.
Hoy se siente mucho mejor, asegura que se levanta con energía y puede jugar todo el día con sus hijos.
Comiendo sano y realizando ejercicio durante dos años, Jason ha vivido una transformación total. Actualmente pesa 95 kilos, y se ha convertido en un excelente cocinero de comidas saludables.