La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son dos peligrosos trastornos que afectan al sistema digestivo. Fatiga crónica, dolor, hinchazón, calambres estomacales, pérdida extrema de peso y diarrea recurrente son algunos de sus molestos síntomas. Estos mismos fueron los que pusieron en jaque a la joven inglesa, Zoey Wright, quien finalmente debió tomar una dura decisión para sanarse.
La bella joven se dio cuenta de que algo raro le ocurría, cuando pasó de los 63 a los 50 kilos en cosa de días. Ella se sentía tan débil, que debió ser internada una y otra vez en los hospitales, donde intentaban controlarla con medicamentos. Pero su cuerpo estaba dejando de funcionar, porque sus glóbulos blancos estaban atacando la pared intestinal, generando dolorosas úlceras, condición conocida como colitis ulcerosa.
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“Recuerdo subirme a la balanza y ver números que no podía creer. Pasé de unos saludables 63 kilos a unos miserables 50 en menos de 4 semanas. Sólo lloraba… lloraba un montón. No soportaba caminar y a veces ni siquiera podía salir de mi cama y ducharme porque estaba tan débil”, declaró al medio inglés Metro.
La situación era tan desesperante, que los médicos le sugirieron practicar una ileostomía, una cirugía que remueve parte del intestino, para sacar parte del intestino delgado fuera del abdomen, formando una estoma. Esto permite movilizar las heces fuera del cuerpo a través de esta salida artificial, hasta una bolsa adherida al abdomen.
En un principio, Zoey se negó y logró recuperarse lo suficiente como para posponer la operación y para intentar sanar su cuerpo, decidió convertirse en físicoculturista. Su pareja Conor, quien también se dedica a este estilo de vida, la ayudó durante su transformación. Pero cada vez que ella progresaba… pronto volvía a caer en urgencias.
“Cada vez que me fortalecía, mi colitis ulcerosa me recordaba que estaba ahí, destrozándome desde el interior, causándome dolor crónico y llevándome a incontables admisiones en el hospital, drogas y tratamientos. Me estaba derrumbando mental y físicamente”, recordó.
Finalmente, en noviembre del 2014, Zoey tomó la valiente decisión de hacerse la cirugía. Han pasado 10 meses de esto y ahora luce como una mujer nueva. En su cuenta de Instagram comparte imágenes de su dieta, arduo entrenamiento y también de su bolsa de colostomía, para romper el tabú en torno a esto.
“Cada vez que me bajoneo, logro encontrar la motivación en mí misma. Sí, esta enfermedad se llevó mi intestino y me cambió físicamente, pero ¿para qué dejarla cambiarme mentalmente? Cuando eres apasionada y te dejas llevar por algo que te gusta, nada te detiene”, agregó. “El físicoculturismo ha sido mi mecanismo de aguante y lo continuará siendo cada día. Tengo el control y lo voy a lograr”, concluyó.