Las autoridades estadounidenses anunciaron este martes que demandarán judicialmente a cuatro organizaciones caritativas acusadas de haber perpetrado, entre 2008 y 2012, una “estafa masiva” al desviar unos 187 millones de dólares de donaciones originariamente destinadas a ayudar a enfermos de cáncer.

La Federal Trade Commission (FTC), encargada de la protección de los consumidores, y las fiscalías de los 50 estados acusaron a estas “presuntas asociaciones caritativas” de haber solicitado donaciones para pagar medicamentos o gastos de hospitalización y utilizar la casi totalidad de lo recaudado con fines personales o en beneficio de familiares y allegados, según la denuncia presentada en Arizona (sudoeste).

Esta demanda “es una de las más importantes iniciadas hasta ahora por estafa” contra organizaciones del sector caritativo, precisa un comunicado.

Las organizaciones, todas ellas dirigidas por integrantes o allegados a una misma familia, son la Cancer Fund of America (CFA), el Cancer Support Services (CSS) y su presidente, James Reynolds senior, el Children’s Cancer Fund of America (CCFOA) y su presidenta, Rose Perkins (ex-esposa de Reynolds), y The Breast Cancer Society (BCS) y su ex-presidente James Reynolds junior.

La denuncia afirma que las asociaciones eran utilizadas para “emplear a familiares (de los acusados) o sus amigos, y gastaban las donaciones en vehículos, viajes, cruceros de lujo, gastos universitarios, abonos a clubes de gimnasia, idas a estaciones de esquí, billetes para espectáculos artísticos o deportivos y abonos a clubes de encuentros“.

Quienes recolectaban los fondos “se quedaban a menudo con 85% o más de cada donación”, agrega el comunicado.

Para ocultar los desvíos y los altos salarios de sus directivos, las organizaciones habían consignado en su contabilidad más de 223 millones de dólares de “donaciones en especie”.

Los llamados para recolectar fondos eran formulados a través de telemarketing, correo, sitios internet o publicidades.

El puñado de acusados gastaron el 87,9% de las contribuciones recibidas, de las cuales sólo el 3% llegaron a los pacientes.

La CCFOA y Rose Perkins, la BCS y James Reynolds junior y un ex-presidente de la CCS también acusado, Kyle Effler, aceptaron un acuerdo amistoso por el cual ya no podrán recaudar fondos con fines caritativos. La CCFOA y la BCS serán disueltas. La CCFOA y su presidenta deberán pagar 30 millones de dólares, la BCS y su presidente 65 millones y Effer 41 millones, equivalentes a los montos recibidos.