Son tema frecuente entre las conversaciones de amigos y artículos de revistas femeninas: los conocidos afrodisíacos. Este título se le da a ciertos alimentos, bebidas y sustancias que, según la sabiduría popular, podrían volver a los amantes más apasionados que nunca.
Champaña, chocolates y mariscos suelen ser considerados como afrodisíacos, ¿pero qué hay de cierto en esto? El programa “Quite Interesting” (Bastante Interesante) de BBC Mundo quiso revelar un par de secretos sobre estos, que te invitamos a conocer en la siguiente lista.
Lee también: 8 extrañas cosas que probablemente no sabías sobre el sexo y el amor
1.- El primer afrodisíaco de todos fue la lechuga
Se trataba de una variedad más picante y silvestre que la que actualmente llega a tu mesa. Los egipcios la utilizaban en pociones para la fertilidad y como afrodisíaco, probablemente por su forma alargada y sugestiva o quizá por su savia blanca y lechosa.
2.- La mayoría sólo tienen un efecto placebo
Es decir, no son afrodisíacos realmente, sino que sólo tienen un efecto mental. Según una revisión de estudios, sólo condimentos como el ginseng y azafrán podrían tener algún efecto.
3.- Los romanos creían que cualquier alimento que produjera gases era afrodisíaco
Esta extraña creencia perduró hasta el siglo XVIII. ¿Habrá algo más matapasiones?
4.- Durante un tiempo estuvieron prohibidos los porotos para las monjas
Porque San Jerónimo creía que estos “excitaban los genitales” de las mujeres.
5.- En la época isabelina las ciruelas cocidas la llevaban
Este alimento que hoy se consume para mejorar la digestión, entre el siglo 16 y 17 era utilizado como afrodisíaco. Incluso, se servían gratis en los prostíbulos.
Lee también: Las principales preguntas sobre sexo que surgen en una relación de pareja
6.- En Perú preferían las ranas
En el país vecino se preparaba un afrodisíaco tradicional triturando estos animalitos y convirtiéndolos en “jugo”.
7.- El más extraño de todos lo propuso un naturalista
El escritor y científico latino del siglo I, Plino el Viejo, recomendaba beber “la orina de un hombre en la que se haya ahogado un lagarto”. En caso de no tener un lagarto a mano, estaba la opción de “usar como amuleto la sección derecha del pulmón de un buitre, envuelto en la piel de una grulla”.
8.- Los griegos pensaban que las zanahorias los “prendían”
Y por esto, las comían mucho. Quizá no tuvieron un mejor sexo, pero sí les aportaron muchas vitaminas.
9.- Los europeos que llegaron desde América creían que las papas eran afrodisíacos
Debido al aumento de nacimientos desde la llegada de este alimento. No se daban cuenta que esto ocurría porque había disminuido la desnutrición.