Fue a través de su cuenta de Instagram que la actriz reveló la terapia a la que tuvo que someter a su mascota, una perrita de nombre Lupe
“Mi perra va al psicólogo. Hemos tocado fondo”, fue el mensaje que compartió en esa red social, donde aparece ella junto al psicólogo canino, Andrés Vera.
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“Obviamente les va a resultar extraño a la gente que un perro tenga psicólogo. Yo no soy la tipa que piensa que el perro es mi hijo, no lo saco en coche, pero respeto a la gente que lo hace”, señaló la ex actriz de Mamá mechona a LUN.
La razón por la que tuvo que llevar a Lupe, una perra de raza Boston terrier, a esta instancia, se debe a los “destrozona” que se ha vuelto. “Me ha roto zapatos, y no te explico cómo la he odiado. Pero tengo claro que ella es responsabilidad mía”.
La actriz explica que más allá de los destrozos, está preocupada por lo ansiosa que se ponía la mascota cada vez que ella se iba o llegaba al departamento.
“Si el perro rome algo y tú le haces cariño, le estás reforzando esa conducta. Lo mismo que si se te sube encima y lo acaricias”, señala Vera, quien antes de estudiar psicología realizó varios cursos de entrenamiento de mascotas.
“Si hay un problema, no sólo radica en el perro, sino que el componente conductual que la mascota es el fiel reflejo del amo. Haciendo modificación en la persona, logro efecto en el perro”.
