Dicen que para verse bella hay que ver estrellas y cuando se trata del evento más glamoroso de nuestro país esto cobra doble valor.

Es por eso que la coanimadora de Morandé con Compañía, Vanesa Borghi lleva seis meses pensando en qué se pondrá el próximo 17 de febrero, en la gran gala de la versión número 58 del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.

Vanesa, que suele ser nombrada siempre entre las mejores vestidas, llegó a la conclusión de que este año debía lucir diferente y sorprender con un vestido con un toque de innovación y tecnología.

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Junto a su marido, Danilo Sturiza, quien trabaja en una empresa de desarrollo de sistemas computacionales finalmente llegaron a lo que estaban buscando: un vestido cognitivo que combina la elegancia con la inteligencia artificial.

“Es un diseño que me permitirá tener una conexión diferente con mis seguidores, ya que se adaptará a la interacción con ellos, sus opiniones y sentimientos“, comentó la argentina a LUN, sobre este vestido que sin duda llamará la atención.

Según contó la musa del Kike, al vestido se le irán encendiendo diversas luces led que tiene incorporadas que además cambiarán de color de acuerdo a los comentarios de la gente en redes sociales.

“Cuando la gente opine en la red social hay una inteligencia artificial que está tomando todos estos textos y los interpreta psicológicamente por medio de un chip. De esta forma, el vestido logra extraer la pena, la rabia o la alegría y eso lo transforma en un color y en una intensidad”, explicó Jorge Mujica, uno de los desarrolladores a Maldita Moda.

La diseñadora detrás del vestido es la destacada Lupe Gajardo, la misma encargada, por ejemplo, del vestido negro que se calzó la estupenda Lucila Vit en la gala 2016 y que sacó múltiples aplausos.

Archivo | Pablo Vera | Agencia UNO
Archivo | Pablo Vera | Agencia UNO

Para esta ocasión, sin embargo, el desafío fue para ella bastante complicado e incluso, asegura que no le gustó mucho la idea en un principio.

“Me fue gustando a medida que fuimos avanzando. Hicimos hartas pruebas con distintos formatos de luces y al final llegamos a la solución que más le acomoda al vestido, que no lo deforma por el peso, caída o movimiento. Fue meter una especie de cuncuna de luces ubicada en la posición que yo quería que fueran. Además lleva una batería, un sensor y otras cosas que le suman complejidad, porque tenías que pensar dónde las escondías para que no se notaran. Pero en el proceso todo se solucionó de buena manera“, reveló Lupe, quien no quiso mostrar la prenda, pero aseguró que será imponente.