El famoso presentador y animalista Paul Rosolie logró llamar la atención de todo el planeta, luego de afirmar que quería ser devorado vivo por una anaconda. Después de muchas críticas, nadie resultó herido en la emisión de “Eaten alive” (“Tragado vivo”), su publicitado documental de la cadena de televisión Discovery, grabado en la selva de Perú.
Este desistió de ser ‘comido vivo’, pero sí se aventuró a meter un brazo: vestido con un traje especial y untado de sangre animal para atraer la atención de la anaconda de seis metros, aguantó un par de minutos el mortal y lento abrazo de esta serpiente amazónica, hasta que se hizo liberar por los auxiliares. Estos acudieron en ayuda del presentador apenas empezó a quejarse, evitando así que la presión del animal logrará romperle algún hueso.

Estas serpientes, las más grandes del mundo, normalmente asfixian a sus presas antes de ingerirlas. “Toda su fuerza se concentró en mi brazo hasta que comencé a sentir que mi mano no recibía irrigación”, afirmó Rosolie, como detalla agencia AFP.
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El motivo tras su loca hazaña es bastante más cuerdo de lo que parece: este quería llamar la atención sobre la deforestación amazónica que aqueja el sur del continente americano. Este fenómeno ha significado la destrucción de miles de hectáreas de selva y la pérdida del hábitat de muchos animalitos, como las enormes anacondas.

“Todo el mundo sabe que está desapareciendo, pero no hay muchos que le presten atención. Así pues, hemos querido hacer alguna cosa que impacte verdaderamente a las personas y provoque reacciones”, manifestó Rosolie a esta agencia.
Al igual que el presentador también los grupos de defensores de animales pudieron respirar tranquilos. Antes de la emisión la organización de protección a la fauna PETA había expresado rechazo a la idea que una serpiente fuese sometida a maltrato para atraer audiencia.
La emisión de Discovery fue acompañada de una promoción para recolectar dinero para un fondo que protege a la Amazonía. Tras su emisión en Estados Unidos -el programa ahora será transmitido en diciembre en varios países europeos y luego en América Latina- hubo voces de reclamo en las redes sociales. “Devorado vivo: sólo una broma”, se quejó uno de los internautas. “Y ¿eso es todo, amigos?”, señaló otro.



