La dermatóloga Sandra Lee es toda una celebridad en Estados Unidos, aunque para muchos es más bien la ‘doctora revienta granos’, debido a su programa en televisión y a sus múltiples videos virales en redes sociales.
Y es que la especialista ha construido su popularidad en todo el mundo, ayudando a reventar bultos y protuberancias que en muchas ocasiones afectan la calidad de vida de sus pacientes, registros que son furor en Internet.
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Pero, ¿cómo es que llegó a dedicarse a esto, antes de obtener toda esta fama? Ella misma lo aclaró en una reciente entrevista con la revista Cosmopolitan. Allí Lee confesó que todo partió con su padre.
“Él es dermatólogo. Esa es parte de la razón por la que tal vez desarrollé una buena conexión con mis pacientes“, manifestó la figura televisiva, añadiendo que su progenitor ya está retirado, pero que tomó varios de sus pacientes.
“Aún lo aman. Tuve que asegurarme de que me amaran tanto como a él“, afirmó la especialista, quien aseguró que jamás pensó que llegaría a ser reconocida como la “doctora revienta granos’.
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“Si me hubieran dicho hace años que la gente me conocería internacionalmente como una revienta granos, pensaría que estaban locos”, dijo, revelando qué fue lo que más la preocupaba cuando empezó a ejercer esta función: “Asegurarme de que mis pacientes sean tratados con respeto (…) tratar sus afecciones de la manera más profesional posible”, señaló.
“Nunca busqué convertirme en celebridad”
Respecto a la afición de la gente por ver cómo a otros le revientan sus granos, ella tiene una opinión bastante clara: “Es fascinante que la gente esté tan interesada. Dicen que es satisfactorio y que los relaja. Algunas personas incluso lo ven (el programa) para ayudarles a dormir después de un duro día de trabajo. Creo que ese fue el principal impulsor”, aseveró.
Respecto a lo más desafiante que ha enfrentado en este tiempo, Sandra Lee respondió que, sin duda, el hecho de convertirse en una figura pública.
“Es extraño porque no siento que lo merezca. Nunca busqué convertirme en una celebridad. Es encantador como las personas se acercan, son dulces, encantadores y es una experiencia maravillosa, pero también es extraño”, se sinceró.
Por último, reveló a qué se dedicaría si no ejerciera como dermatóloga: “Me gusta hacer manualidades. Ahora mismo estoy construyendo una miniatura. Estoy construyendo una casa de muñecas moderna, en miniatura. Me gusta hacer cosas con las manos, pero creo que no ganaría mucho dinero. No sé si podría sobrevivir con eso”, cerró.
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