Bad Bunny se prepara para regresar a Chile con su “Debí tirar más fotos tour”, pero a dos meses del primer concierto, la previa ya viene cargada de tensión entre la productora Bizarro y parte de los fanáticos.

Lo que en un principio era pura alegría por ver nuevamente al puertorriqueño sobre el escenario, se transformó en molestia luego del cambio de localidades, que afectó principalmente a los sectores más caros del Estadio Nacional.

El origen del conflicto para el concierto de Bad Bunny

Según se detalló, el ajuste en el diseño del show implicó eliminar la pasarela y sumar “La Casita”, un escenario B ubicado en cancha general (entrada de $86.250), donde el artista pasa casi una hora del concierto.

Este cambio impactó directamente a quienes compraron entradas en sectores como “PIT DtMF Izquierdo”, “PIT DtMF Derecho” y “BAILE INoLVIDABLE” (Cancha VIP), con boletos que van desde $195 mil hasta casi $370 mil pesos. Muchos de ellos reclamaron que ya no podrán ver a Bad Bunny de cerca durante todo el show, como se promocionaba en un inicio, consignó T13.

La advertencia de Bizarro ante concierto de Bad Bunny

En medio de este descontento, surgió una nueva preocupación para la productora Bizarro: la posibilidad de que se repitan avalanchas o “reventones” como los ocurridos en los conciertos de Daddy Yankee en 2022.

Así lo expresó en su cuenta de X Daniel Merino, entertainment Manager de Bizarro, quien denunció la existencia de grupos de WhatsApp donde algunas personas “están organizándose para provocar molestias y poner en riesgo la experiencia de otros fans durante el concierto”.

Frente a esto, el jefe de Bizarro anunció una drástica medida para el concierto de Bad Bunny: “Iniciamos una revisión en estos grupos y comenzaremos a anular las entradas de esas personas”, advirtió, dejando claro que no van a dejar pasar estas conductas.

En la misma línea, enfatizó que “lo vamos a pelear hasta el final si de seguridad se trata”, marcando la prioridad que Bizarro le da al resguardo del público en los shows de Bad Bunny.

Además de las quejas en redes sociales, algunos usuarios ya estarían organizándose para presentar una demanda colectiva ante el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), debido al cambio de escenario que, según acusan, alteró las condiciones originales en que compraron sus entradas.

Ana de Armas aprovechó su paso por el Festival Internacional de Cine del Mar Rojo, en Arabia Saudita, para mirar hacia atrás y recordar una amistad de más de diez años: la que mantiene con Keanu Reeves, vínculo que tiene un origen muy especial en Chile.

La actriz cubana contó que su relación con el protagonista de John Wick comenzó cuando recién se había mudado a Los Ángeles y consiguió su primer gran papel en Hollywood en Knock Knock (2015), cinta dirigida por Eli Roth y filmada en Chile, en la que también participaron las actrices nacionales Ignacia Allamand y Lorenza Izzo.

“Cuando me mudé a Los Ángeles, hicimos ‘Knock Knock’ juntos, y en ese entonces apenas hablaba inglés”, recordó la intérprete de 37 años.

De Armas admitió que esos primeros días no fueron fáciles por la barrera del idioma, informó Cooperativa.

“Fue un proceso bastante frustrante no poder comunicarnos del todo, pero aun así lo pasamos genial. Conectamos muy bien y tenemos una hermosa amistad”, expresó la actriz, quien no escatimó palabras para describir a Reeves, a quien definió como “increíblemente amable y generoso”.

El reencuentro de Ana de Armas y Keanu Reeves

Esa complicidad que nació en el rodaje realizado en Chile volvió a manifestarse este 2025, cuando ambos coincidieron nuevamente en la pantalla grande con Ballerina, spin-off de la exitosa saga John Wick, protagonizado por Ana de Armas y que cuenta con la participación de Keanu Reeves.

Sobre esta nueva colaboración, la actriz aseguró que significó un hito muy especial en su carrera:

“Fue como cerrar el círculo. Keanu y Chad (Stahelski, director de la franquicia) han creado un mundo tan hermoso con esas películas, y tenerlo allí, apoyándome diez años después, significó mucho”, declaró emocionada.

Así, la historia profesional que comenzó con una película rodada en Chile terminó cimentando una amistad que, a una década de distancia, aún continúa.

María Eugenia Larraín, conocida por todos como Kenita Larraín, enfrentó una dura semana marcada por una triste noticia.

La modelo y comunicadora había sido parte del listado de figuras que prometían brillar en la alfombra roja del Copihue de Oro.

Sin embargo, la numeróloga decidió comunicarse directamente con la producción para explicar que no podría asistir: una lamentable situación familiar modificó por completo sus prioridades.

Según información dada a conocer por Glamorama, ella y su esposo, el empresario argentino Sergio Ader, se encontraban coordinando todo para recibir a la madre de él en Santiago.

El plan era que la mujer viajara desde Argentina para compartir junto a ellos las fiestas de fin de año.

La dolorosa muerte que enluta a Kenita Larraín y su esposo

No obstante, ese deseo se derrumbó de la manera más inesperada y dolorosa.

De acuerdo con una persona cercana al círculo familiar, la madre de Ader sufrió una repentina crisis de salud.

La situación se volvió imposible de revertir y terminó en su repentino fallecimiento, apenas días antes de que emprendiera el viaje a Chile.

Este giro abrupto generó un profundo impacto emocional en el empresario y en la propia Kenita Larraín.

La noticia tomó a ambos completamente por sorpresa. Por lo mismo, Kenita y Sergio volaron a Argentina para acompañar a la familia y hacerse cargo de los detalles del funeral.

La pareja, que mantenía intacta la ilusión de compartir una Navidad especial junto a la madre del empresario, debió enfrentar el duelo y dedicar toda su energía a despedir a un ser querido.