A contramano que sus vecinos centroamericanos, el gobierno de Nicaragua, que aún no reporta casos del nuevo coronavirus, promueve el turismo y actividades masivas, lo que analistas acusan de “irresponsable” y de violar derechos a la salud de los nicaragüenses.

La vicepresidenta, Rosario Murillo, destacó que “hasta el momento no se reportan casos” de coronavirus y sostuvo que “Nicaragua sigue siendo un país abierto” ante la alarma de distintos sectores que reclaman acciones de protección.

Las autoridades han insistido que no establecerán cuarentena ni cerrarán fronteras, como lo han hecho Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá, donde se contabilizan numerosos contagios y dos fallecidos.

Mientras en todos los países impera el llamado a evitar aglomeraciones, en Nicaragua el gobierno llamó el fin de semana a empleados públicos a una marcha y anuncia ferias y un plan verano para recibir turistas durante Semana Santa.

La marcha del fin de semana fue convocada por Murillo bajo el lema “Amor en tiempos de COVID-19”, que opositores criticaron duramente.

AFP
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Además, Nicaragua continúa recibiendo cruceros, y el fin de semana llegó uno con turistas de Alemania y Suecia que fueron recibidos por niños y autoridades locales en el puerto de Corinto, en el Pacífico, ante una ola de críticas en redes sociales.

“Nicaragua se presenta desprovista de una estrategia clara para enfrentar el COVID-19 y con una población en riesgo que ya está en una condición de salud que no es la óptima”, dijo a la AFP el médico Enrique Medina.

El especialista consideró que más de 500.000 personas en Nicaragua, en su mayoría con más de 60 años, padecen de diabetes y otras enfermedades crónicas como hipertensión, cardiopatías, cáncer o son fumadoras, y en caso de ser afectadas por el coronavirus “es tremendo el riesgo de mortalidad”.