Familiares de las víctimas de la tragedia del Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), que cayó al mar cuando se dirigía de Punta Arenas a la Antártida, denuncian el abandono del caso que dejó 38 personas fallecidas y ponen en duda el proceso de identificación.

En paralelo, los familiares pidieron una comisión investigadora durante una sesión a la que fueron invitados en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados.

El objetivo es replicar la indagatoria que se realizó en el caso de la caída del avión Caza 212 en Juan Fernández, y que causó la muerte de 21 personas, entre ellas Felipe Camiroaga, Roberto Bruce y Felipe Cubillos.

El Hércules C-130 desapareció a unos 700 km al sur de Punta Arenas, en el Paso Drake, una de las aguas más tempestuosas del mundo. Dos días después, las autoridades hallaron restos humanos y de la aeronave. El mismo avión siniestrado ya había tenido una emergencia en abril del 2016 cuando hacía el mismo recorrido.

Las familias de las 38 víctimas han esperado resignadas por más de tres meses saber qué pasó y recuperar todos los cuerpos de las víctimas para iniciar un luto que los ayude a sobrellevar la pena. Pero además, deben luchar con las dudas y el olvido que aseguran estar sufriendo

Ricardo Mansilla, hermano del sargento Luis Mansilla y del ingeniero Jeremías Mansilla; y primo del cabo segundo Felipe Herrera, aseguró que los fabricantes del avión alertaron sobre desperfectos, a lo que se suma el audio del especialista eléctrico, cabo primero Leandro Torti, quien advirtió sobre las fallas técnicas del Hércules C-130, minutos antes de abordar el vuelo.

“Él da a conocer que presentaban una falla. La Fuerza Aérea tiene manuales técnicos y reglamentos de aeronavegabilidad. Para nosotros es importante porque no se tomó en cuenta el conocimiento que tenía y porque no se tomaron acciones correctivas. Y no es la única falla que se estaba presentando ya que, además, había problemas con el enfriamiento del aceite del motor y el sistema indicador de combustible”, indicó Mansilla, según detalla la web de la Cámara.

En esa línea, Caroline Carvacho, viuda del cabo primero Luis Montoya, valoró el giro en la investigación del fiscal de Punta Arenas, Eugenio Campos.“Hoy día da cuenta de las irregularidades de la institución. Una suma de errores que se han ido generando en las evidencias más concretas donde efectivamente hay responsabilidades de la institución, hay terceras personas involucradas como también lo ha mencionado en sus declaraciones el fiscal. Sentimos fehacientemente que se deben investigar muchas de las acciones y protocolos de la FACh, que efectivamente no operan”, remarcó.

Por otra parte, Estefanía Medina, hermana del comandante de escuadrilla Ítalo Medina, cuestionó la identificación de las 27 víctimas que efectuó el Servicio Médico Legal (SML), con muestras ínfimas en tubos de 2,5 ml que contenían pelos, restos quemados o líquidos.

“Ellos indican que es una cantidad insuficiente de muestra como para que pueda ser contrapericiado en otro lado, por lo tanto, uno tiene que asumir que ese es el resto del familiar y proceder a los trámites de velorio y de funeral”, informó.

Al respecto, Medina dijo que consultó por esta situación al ministro de Defensa, Alberto Espina, por la poca claridad que existe.

“No me parece que puedan identificar a 22 personas sin tener avión y que esos restos tan pequeños sean fehacientes de que son efectivamente esas personas. Les dije que necesitaba que se contrapericiaran las muestras. Llegamos al acuerdo que sí -junto con el director del SML en esa oportunidad de manera telefónica-, pero no quedó en nada”, reclamó.

Familiares acusan recursos insuficientes

Entre los antecedentes que entregaron, se cuenta un resumen del informe enviado por la Armada al fiscal Campos, sobre las conclusiones obtenidas luego del mapeo que realizó el buque AGS-61 Cabo de Hornos.

De acuerdo al documento, la embarcación tiene “capacidades insuficientes” para hacer el rastreo de los restos de la aeronave siniestrada, debido a que su función es la detección de “rasgos o elementos de grandes dimensiones en el fondo marino como cañones y montes submarinos”.

Por lo anterior, solicitaron a la comisión pedir apoyo internacional con capacidad tecnológica suficiente, como por ejemplo la NTSB (National Transportation Safety Board) y la FAA (Federal Aviation Administration), que investigó los accidentes de los C-130 Hércules accidentados en Estados Unidos, además de la National Geographics, BBC y CNN con robots submarinos y buques con sondas y tecnologías avanzadas.

Por otro lado, también señalaron sus dudas respecto a la mantención de la aeronave, y junto a otros requerimientos, pidieron que la FACh informe sobre las compras de repuestos para el mantenimiento de la flota C-130 y principalmente de la serie 990.