En medio de la confirmación de tres casos del coronavirus en Chile, se dio a conocer que en los pasillos de la Universidad Católica se está trabajando para poder crear una vacuna que luche contra este virus que ha provocado preocupación mundial.

Específicamente, se trata del investigador Alexis Kalergis, quien con un grupo de jóvenes se reúnen en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC desde hace tres meses para confeccionar un prototipo que acabe con la Covid-19. Este hombre es el mismo que creó la vacuna contra el virus sincicial, por lo que ahora está jugando con la misma fórmula para encontrar una solución.

“Sabemos que los virus mutan, pueden cambiar ciertas regiones a medida que pasan de persona a persona. El secreto de una buena vacuna es apuntar hacia las partes que no puede cambiar. Esa parte es la que protege el ADN del virus. Piense en un auto. Si le cambias el color, da lo mismo porque funcionará igual. Peros si le sacas una rueda, no funciona. Lo mismo pasa con el virus. Hay que atacar las partes indispensables para su sobrevivencia”, explicó el doctor.

Con respecto este nuevo tipo de virus, el director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia explicó que este es de tipo “respiratorio al igual que el sincicial y el metapneumovirus. Están envueltos y en esa envoltura tiene unas proteínas que van cambiando para que el sistema inmune no los reconozca. Esas proteínas son como el color del auto, que no importa tanto que cambien porque el virus igual sobrevive”.

“Lo que importa es la proteína que está dentro del virus, una que protege el ADN, que es lo que le permite replicarse. Esa proteína protege a los genes que definen al virus. Sin esa proteína es como que le faltara una rueda al auto. Entonces, la vacuna está enfocada en generar una respuesta inmune que logre distinguir ese elemento para que el cuerpo lo reconozca y lo ataque”, complementó el especialista.

Como Kalergis trabajó con el sincicial, trabaja en una formulación equivalente y que tenga como resultado una ‘vacuna recombinante’ que ataque al coronavirus. El trabajo inició en enero y se espera que en marzo concluya su primera parte. Cuando cumpla con todos los requisitos podría comenzar con los estudios preclínicos en animales.

¿Y qué vendría entonces? “Si esta buena formulación que tenemos termina en un prototipo de vacuna, vamos a tener que hacer estudios preclínicos (animales pequeños) y clínicos (humanos). Son costosos. También necesitamos recursos para la manufactura GMP (Good Manufacturing Practice) de la vacuna. Eso asegura que la vacuna cumpla con las normativas de la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos, institución que valida los medicamentos”, cerró el especialista.