Un nuevo antecedente hizo que la investigación del accidente del avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile, diera un importante vuelco.

Lo anterior, ya que ahora será indagado como un cuasidelito de homicidio y no como una presunta desgracia, como se estaba realizando hasta ahora.

El cambio, fue instaurado por el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, quien además ordenó que se reanude la búsqueda de los cuerpos de los 38 fallecidos y los restos de la aeronave que se estrelló el pasado 9 de diciembre.

El giro en la investigación se efectuó el 29 de enero, luego de que la fiscalía recibiera un informe de la FACh, donde se señalaba que el avión tenía dos desperfectos que habían sido detectados e informados por la tripulación en la escala que se hizo en Punta Arenas, luego de llegar a Santiago y antes de dirigirse hacia la Antártica.

Los desperfectos serían la falla del actuador, dispositivo que se encarga de regular el flujo de aire que va hasta el radiador, y que enfría el aceite del motor de forma manual automática. Esto, sumado a la solicitud de la cantidad de combustible en los estanques 1 y 4, donde el primero fue revisado, en tanto el segundo no logró ser inspeccionado.

Sin embargo, y pese a la información entregada, la FACh manifestó que la aeronave podía realizar su vuelo de forma normal, suceso que terminó en una tragedia.

Asimismo, el documento sostiene que arriba del Hércules C-130 habían mercancías consideradas como peligrosas, las cuales serían utilizadas para realizar una mantención a la base antártica. Pintura, diluyente, esmalte sintético y galones de otros compuestos químicos, son algunos de los elementos.

Cabe señalar, que debido a lo anterior la fiscalía solicitó un nuevo informe a la FACh, el cual debe contener la autonomía de vuelo del avión, su capacidad en los estanques de combustible, los cuidados y revisión técnica, y si se tienen antecedentes en el país de algún accidente similar con este tipo de aeronave.