Evo Morales partió la noche de este lunes en un avión militar mexicano rumbo a ese país que le concedió asilo político tras su renuncia a la presidencia de Bolivia, donde los militares se unieron a la policía para contener la creciente violencia callejera.
“Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”, escribió Morales en su cuenta de la red Twitter.
Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 12, 2019
Más tarde, el exmandatario compartió otro tuit con el que dio a conocer cómo pasó la primera noche tras su renuncia.
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“Así fue mi primera noche después de dejar la presidencia forzado por el golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía. Así recordé tiempos de dirigente. Muy agradecido con mis hermanos de las federaciones del Trópico de Cochabamba por brindarnos seguridad y cuidado“, escribió junto a la imagen donde se ve en el suelo sobre una manta, con una sábana colgada como ‘techo’.
Así fue mi primera noche después de dejar la presidencia forzado por el golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía. Así recordé tiempos de dirigente. Muy agradecido con mis hermanos de las federaciones del Trópico de Cochabamba por brindarnos seguridad y cuidado. pic.twitter.com/O1EpDhS5Qw
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 12, 2019
Violencia en las calles
Mientras tanto, la violencia se multiplicaba en las calles bolivianas y las autoridades intentaban llenar el vacío de poder. Para ello, Jeanine Añez, la segunda vicepresidenta del Senado, y más probable sucesora interina de Morales, anunció la próxima convocatoria de una elección presidencial.
“Vamos a llamar a elecciones con personalidades probas”, dijo a la prensa Añez. “Tenemos ya un calendario. Creo que la población grita por que el 22 de enero tengamos ya un presidente electo”, añadió, evocando la fecha prevista, antes de la crisis, para la toma de funciones del próximo presidente.
La crisis desatada por la renuncia de Morales el domingo, tras tres semanas de protestas por las cuestionadas elecciones en las que el primer mandatario indígena del país buscaba un cuarto mandato, se profundizó el lunes en medio de la incertidumbre y los actos violentos.
Grupos de descontentos desataron la violencia en Cochabamba (centro) y El Alto, ciudad vecina de La Paz, donde quemaron unidades policiales, hirieron a uniformados y civiles, y causaron pánico en la población.
Al final del lunes, centenares de partidarios de Morales que llegaron a La Paz desde la vecina ciudad de El Alto, protestaban frente a la casa de gobierno. En tanto, el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios del 20 de octubre, denunciaba un inminente ataque a su vivienda.
La policía de La Paz, desbordada, pidió apoyo a los militares.
“El mando militar de las Fuerzas Armadas ha dispuesto que se ejecuten operaciones conjuntas con la policía para evitar sangre y luto en la familia boliviana”, dijo en respuesta el comandante general de las Fuerzas Armadas, William Kaliman.
La delicada situación será debatida por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en una reunión especial el martes en Washington, anunció el organismo.
La secretaría general de la OEA rechazó a su vez “cualquier salida inconstitucional” y reclamó al Legislativo reunirse “en forma urgente” para organizar nuevos comicios tras los realizados el 20 de octubre, impugnados por la oposición y por el organismo regional.
El Senado de 36 curules, donde los seguidores de Morales son aún mayoría con 25 bancas, debe sesionar el martes para ratificar las renuncias en el seno del gobierno y nombrar al presidente interino de Bolivia.
El exmandatario aymara de 60 años se refugió en una región cocalera del centro del país tras su sorpresiva dimisión el domingo en televisión, horas después de convocar a nuevas elecciones ante las irregularidades electorales “graves” denunciadas por los observadores de la OEA.
Pero en una carta enviada al Congreso este lunes, Morales dijo que la suya fue una “renuncia obligada (…) producto de un golpe de Estado político, cívico y policial”.