Definitivamente los últimos días los ojos han estado puestos en la gestión de La alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga, esta vez por una serie de regalos que la autoridad recibió durante este año y que luego sorteó entre maipucinos, lo que esta siendo criticado por expertos que señalan una presunta falta de probidad en dichas acciones.

Lo anterior ocurre luego que Contraloría multara a Barriga por utilizar un auto municipal para acciones fuera de lo reglamentado, mientras que hace pocos días una polémica sesión de concejo tuvo lugar. Una que duró sólo minutos entre acusaciones.

Las críticas de expertos apuntan a algo que ocurrió hace algunos meses, cuando la alcaldesa recibió un auto de regalo por parte de la automotora Pompeyo Carrasco. Se trataba de un Kia Rio 4, avaluado en casi $7,5 millones.

Dicho vehículo fue registrado en la nómina de Ley de Lobby como una “donación” y “cortesía a los vecinos” por parte de la automotora, consigna La Segunda.

En el mismo registro, se puede observar la cantidad exacta de regalos que han recibido los funcionarios públicos en Chile; un total de más de 5 mil. ¿El más caro? El Kia entregado a Barriga.

Sorteo en Maipú

Acto seguido, Barriga decidió sortear el auto en la comuna, generando un concurso a través de redes sociales con el auspicio de la empresa e incluso con la presencia del extenista Nicolás Massú.

Posteriormente, el 20 de julio hubo ganador y una gran celebración en relación a ello.

Pero no es todo. 41 jornadas después, el municipio compró una camioneta a la misma automotora, Pompeyo Carrasco, por cerca de $16 millones (un millón menos que la competencia), para el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado. Esta vez, se trataba de un “autoregalo”.

Más regalos para Maipú

Otro de los casos que cuestionan expertos en derecho es la alianza que formó Barriga con Casino Sun Monticello.

A través de Ley de Lobby, la alcaldesa forjó una relación que le permitió obtener casi 4.300 entradas a eventos artísticos, las cuales luego eran sorteadas en la comuna.

Dichos eventos fueron, entre otros, un concierto de Café Tacuba, musical Mamma Mia, Village People, Residente e Illapu. Estas entradas, en valor comercial, iban desde los 17 mil pesos hasta los 80 mil.

A ello se suman tickets para un encuentro de boxeo que se realizó en el casino, donde 300 maipucinos asistieron gratuitamente; previa solicitud. Incluso, la municipalidad dispuso de transporte para ello.

De esta forma, el mismo día que se sorteó el Kia mencionado anteriormente, el 20 de julio, la alcaldesa regaló también una estadía en el hotel de dicho casino para dos personas.

Acusaciones de falta de probidad

Todo lo anterior, en su conjunto, está siendo fuertemente criticado por expertos quienes aseguran que estas donaciones no califican como tales y que no están dentro de los parámetros que la ley establece.

“Contravienen especialmente el principio de la probidad administrativa (…) solicitar, hacerse prometer o aceptar, en razón del cargo o función, para sí o para terceros, donativos, ventajas o privilegios de cualquier naturaleza”, dice la Ley de Bases Generales.

Sin embargo, hay una excepción. Están permitidos “los donativos oficiales, protocolares y aquellos que autoriza la costumbre como manifestaciones de cortesía y buena educación”.

Al respecto, Alberto Precht, director ejecutivo de Chile Transparente, sostiene que “un regalo de ese monto no es algo que un funcionario público debiese aceptar bajo ningún motivo. Ya la recepción de un auto por parte de la autoridad, a mi juicio, debiese ser reprochable por la Contraloría. A todas luces, debería ser objetado por el principio de probidad”.

En tanto, Claudio Fuentes, cientista político y académico de la Universidad Diego Portales, señala que dichas donaciones son improcedentes y que estas estarían incluyendo en la percepción de los ciudadanos.

“Este tipo de donaciones tiene impacto en la percepción de los electores respecto de la alcaldesa”, precisa.

Finalmente, Rodrigo Mora, académico de la Universidad de Chile y exencargado de la agenda de transparencia de Michelle Bachelet, fue categórico: Es “una falta grave a la probidad (…) “Puede comprometer sus decisiones y otorga deber de reciprocidad sobre el donante que, a futuro, podría exigir una vuelta de mano”.