Con solo cinco años, el pequeño Mateo Civalero ha tenido que vivir en el Hospital Félix Bulnes debido a la enfermedad que padece. Se trata de una malformación intestinal conocida como gastrosquisis, que a los pocos días de vida le hizo perder este órgano.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define esta enfermedad como “una anomalía congénita de la pared anterior del abdomen que se acompaña de hernia del intestino y ocasionalmente de otros órganos abdominales”.
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Si bien en primera instancia le indicaron a su madre que las probabilidades de sobrevida del niño eran nulas, la familia de Mateo logró que llevara una vida lo más normal posible.
A su corta edad, Mateo ha tenido que ser internado tanto en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) como en la Unidad de Terapia Intensiva. Actualmente está en lista de espera por un trasplante nunca antes hecho en nuestro país.
Diariamente Mateo debe permanecer conectado a una máquina desde las 21:00 a las 9:00 horas en el Hospital Félix Bulnes. “Él no tiene daño neurológico, es como cualquier otro niño, pero sin intestino. Se alimenta por un catéter (…) y así es como él vive, gracias a esa máquina”, señaló su madre, Rocío Bello al sitio BioBioChile.
Tras estar conectado a este dispositivo que le permite alimentarse, su madre viaja desde Peñalolén para llevarlo al kínder. Posteriormente en la noche debe regresar al hospital para seguir con su tratamiento.
Cabe señalar que para el trasplante que necesita Mateo, el donante debe ser un niño de casi sus mismas características. En caso de encontrarse uno, sería el primer trasplante de intestino que se realizaría en nuestro país.