Joanna Demafelis tenía 29 años y había llegado a Kuwait, desde Filipinas y se desempeñaba como asesora del hogar. Su cadáver fue encontrada en febrero pasado en un congelador de la vivienda donde trabajaba.

Tras practicarle la autopsia, los forenses determinaron que había sufrido torturas y abusos sexuales. Además tenía costillas rotas y hemorragias internas. En este contexto, el cadáver habría permanecido durante más de un año en la máquina de enfriamiento.

Un gran despliegue policial implicó la búsqueda de los empleadores de la mujer, una pareja formada por el libanés Nader Essam Assaf y la siria Mona Hassoun, de quienes no se sabía nada desde 2016.

El asesino fue detenido en Líbano, mientras que su pareja sigue en custodia Siria. El pasado domingo, el periódico de Kuwait al-Qabas, señaló que el juzgado criminal había sentenciado a la pareja a muerte por ahorcamiento, tal y como consigna CNN en español.

Como trasfondo de la crisis, el macabro caso de esta joven ha reabierto la lamentable situación de maltrato hacia los millones de extranjeros que trabajan en el mundo árabe.