La ministra Carola Rivas, a cargo de las indagaciones del Caso Matute, se reunió este martes con la familia del joven desaparecido el 20 de noviembre de 1999, para entregar un completísimo sumario a los familiares de Jorge Matute Johns.

En dicho encuentro, Rivas indicó que la causa de la muerte de Matute se debió a la ingesta del fármaco pentobarbital, el cual fue suministrado por personas que tenían como objetivo abusar sexualmente del joven luego que perdiera la consciencia. Estos antecedentes se incluyeron en el informe investigativo efectuado en conjunto con la Brigada de Homicidios de la PDI.

De esta manera, la ministra descartó la hipótesis que sustentaban la policía civil y Carabineros, la cual apuntaba a que el deceso de Matute se había debido a una golpiza, centrando sus indagaciones en el suministro del fármaco previamente señalado.

Asimismo, Carola Rivas precisó además que esta hipótesis -denominada Hoja de Parra- fue desechada por la PDI a pocos días de la desaparición del estudiante, la cual no fue conocida por los jueces a cargo de la investigación, a la cual recién ella puso acceder el 2 de abril de 2015, permaneciendo el documento guardado durante 15 años.

Doble vida

Otro de los puntos claves en las conclusiones alcanzadas por la magistrada, apunta a que la mayoría de los involucrados en el hecho actuaba de manera individual, con la intención de mantener ‘sexo homosexual’ de modo anónimo y casual, teniendo una doble vida.

“Esta línea incluso nos llevó a cuatro víctimas de situaciones semejantes: perdieron la consciencia por haber aceptado un trago y amanecieron al día siguiente en un departamento, su casa o en diferentes lugares sin saber cómo llegaron ahí, pero con evidencias de haber sidos violentados sexualmente”, manifestó Carola Rivas.

Sospechosos no investigados

De acuerdo a los antecedentes recabados por la ministra Rivas, en el expediente que permaneció guardado se hace mención a 19 sospechosos, los cuales -eso sí- no fueron investigados por el encargado de llevar la investigación durante los primeros 10 días tras la desaparición: el comisario Carlos Stuardo.

En esa línea, Stuardo recabó información de personas de orientación homosexual con recursos económicos y de edad avanzada, quienes tenían como dinámica introducir drogas en tragos de jóvenes, usualmente en discotecas alejadas de la capital penquista, con el objetivo de tener sexo casual luego de ofrecerse a trasladarlos en sus vehículos.

“Este antecedente lo manejaba el comisario Stuardo (…) Cuando en un interrogatorio que realizó junto a funcionarios de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE) de la PDI de Santiago se presenta un testigo de identidad protegida que relata estos hechos como comunes y corrientes”, señaló la magistrada, en situaciones que tenían lugar en fiestas electrónicas.

Siguiendo en esa línea, Rivas añadió que además “él estimaba que era un antecedente bastante certero de lo que podía haber sucedido a Jorge Matute en La Cucaracha”.